La comunidad internacional en general criticó ayer abiertamente el veto de Rusia y China de adoptar una resolución de condena al régimen de Damasco por la violencia contra la población civil, un plan del Consejo de Seguridad de la ONU que tiene el objetivo primordial acabar con el hostigamiento militar de Siria a sus ciudadanos.

En este sentido, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, condenó en Sofía el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU a la resolución sobre la crisis en Siria y advirtió del peligro de una guerra civil en ese país y amenazó con nuevas sanciones. Tras una reunión con el primer ministro búlgaro, Boiko Borissov, la secretaria de Estado dijo que EEUU iniciará una serie de consultas diplomáticas con socios de todo el mundo para aumentar la presión sobre el régimen sirio.

Según Clinton, el Gobierno de EEUU trabajará para establecer nuevas sanciones regionales e internacionales contra Siria y además reforzar las ya existentes: "Trabajaremos para cortar los suministros de armamento para el régimen sirio y haremos públicos los países que apoyan este régimen de forma financiera", advirtió la secretaria de Estado.

El veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impidió el sábado al máximo órgano de seguridad internacional hablar con voz única ante la violenta represión que el régimen sirio ejerce contra su población desde hace once meses.

Por su parte, la alta representante de la UE, Catherine Ashton, señaló que lamentaba "profundamente que, debido al nuevo veto de Rusia y China, el Consejo de Seguridad no pudiera apoyar el llamamiento de la Liga Árabe en favor de un proceso político inclusivo, dirigido por Siria, llevado a cabo en un entorno de no violencia".

Recordó que la UE sigue apoyando todos los esfuerzos de la Liga Árabe y pidió de nuevo a todos los países de la ONU que asuman sus responsabilidades. "Ha llegado la hora de hablar con una sola voz y pedir el final del baño de sangre y un futuro democrático para Siria. Condenamos la matanza y apoyamos a la población siria contra el régimen represivo", añadió.

La jefa de la diplomacia europea solicitó además al presidente de Siria, Bachar al Asad, que saque al Ejército de las ciudades cercadas y que se retire "para permitir una transición pacífica, por el bien de su país".

También el presidente del Parlamento Europeo, el socialista Martin Shultz, lamentó el veto en nombre de la Eurocámara y pidió al régimen la retirada inmediata de sus fuerzas de seguridad.

Representantes de Yemen, Catar, Turquía, Túnez y Egipto (en su mayoría primeros ministros y titulares de Exteriores) cargaron contra el mal uso de la capacidad de veto de Moscú y Pekín, contra la lógica subyacente en el bloqueo y corresponsabilizaron a Rusia y China de las masacres del régimen de Bachar al Asad.

En contra de estos países, Rusia insistió, tras vetar este sábado en la ONU la resolución contra el régimen sirio de Bachar al Asad, en que la oposición siria debe ser condenada al menos en la misma medida que el Gobierno.

Según una nota remitida por el Ministerio de Exteriores ruso, "no contemplaba (...) las exigencias a la oposición siria para que renieguen de los elementos extremistas que han optado por la violencia. Se ignoraron también nuestras propuestas de añadir al texto insistentes llamamientos a los grupos armados para que dejen de atacar las instituciones públicas sirias y a la población civil, incluyendo a periodistas extranjeros, entre ellos occidentales".