El vicepresidente del Parlamento de Irán, Shahabodin Sadr, ha sido vetado por el Consejo de Guardianes de la Revolución como candidato a la reelección en los comicios legislativos del próximo mes de marzo, junto con otros tres diputados, informó hoy la agencia local Mehr.

La descalificación de Sadr por el Consejo de Guardianes, formado por seis clérigos musulmanes chiíes de alto rango, bajo la guía del líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, que tiene poder de veto sobre las instituciones políticas, es "una muestra de la lucha por el poder dentro del régimen islámico", dijo una fuente europea.

La decisión de excluir a Sadr "ha causado sorpresa", según Mehr.

Incluso antes de ser vetado por los guardianes, Sadr había sido excluido de la lista de 30 candidatos para Teherán del Frente Unido de Principalistas, el principal grupo del sector más conservador de la política iraní, al que también pertenece el aún vicepresidente del Parlamento.

Sadr, junto con otros principalistas excluidos por Frente Unido, formó el Frente de la Inspiración y el Despertar Islámico, del que fue elegido secretario general.

La fuente europea consultada indicó que los principalistas se han agrupado en diversos frentes, conformados "más por intereses comunes que por diferencias ideológicas".

Ayer, un diputado de la facción reformista, que tiene una representación minoritaria en el actual Parlamento iraní, elogió la actuación del Consejo de Guardianes, que aceptó como candidatos a algunos aspirantes descalificados en principio por el Ministerio del Interior, informó Mehr.

El diputado reformista Dariush Ganbari dijo a la agencia que los comités ejecutivos (electorales) del Ministerio del Interior habían tratado de "rechazados a los reformistas y principalistas críticos con el Gobierno" del presidente, Mahmud Ahmadineyad, "sin ningún motivo documentado".

Según él, el Consejo de Guardianes "corrigió la acción ilegal de los comités ejecutivos", una medida que Ganbari consideró que puede hacer aumentar la participación en los comicios legislativos del 2 de marzo, en los que se elegirá una nueva Cámara que tomará posesión en junio.

El Consejo de Guardianes ha aceptado como candidatos a diputados a unos 3.400 de los cerca de 5.300 aspirantes que se presentaron antes del cierre de la inscripción, el 30 de diciembre pasado, aunque 333 se retiraron posteriormente por su voluntad.

La intensa lucha que se desarrolla de cara a las próximas legislativas, un preludio de las presidenciales previstas para el año próximo, se ha visto eclipsada por las amenazas de ataques de EEUU e Israel, y las sanciones estadounidenses y europeas a Irán por su controvertido programa nuclear.

Los principalistas aspiran a copar la gran mayoría de los 290 escaños del Parlamento consultivo de Irán en las elecciones de marzo, en las que se ha establecido una fuerte lucha por el poder entre este grupo, que se define como defensor de las esencias del régimen islámico y leal al líder supremo, ayatolá Ali Jamenei.

Esos comicios legislativos amenazan con ser los más restringidos de la historia de la República Islámica, ya que el Movimiento Verde está proscrito y ha pedido el boicot, y sus líderes, Mir Husein Musavi y Mehdi Karrubi, permanecen bajo un rígido arresto domiciliario desde hace un año.

Muchos de los reformistas, como el expresidente Mohamed Jatamí, no han pedido el boicot pero han señalado que "no tiene sentido presentarse" en las actuales circunstancias.

Los propios seguidores de Ahmadineyad, considerados "desviacionistas" por los principalistas, que les acusan de poner en duda la primacía religiosa en el régimen, corren el riesgo de ser apartados y ya están encarceladas o procesadas varias decenas de personas del entorno del presidente.

En su campaña contra Ahmadineyad, un numeroso grupo de principalistas le ha convocado para el 5 de marzo, después de las legislativas, para una sesión de preguntas sobre irregularidades en el Gobierno, algo que sucede por primera vez en la República Islámica.