El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, desconvocó la reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas de la eurozona prevista para hoy y programó en su lugar una conferencia telefónica, dado que Grecia aún no ha cumplido todas las condiciones necesarias para recibir el segundo rescate.

Juncker aseguró en un comunicado que aún es necesario más trabajo técnico en varias áreas entre Grecia y la troika -la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo- y que aún no ha recibido el compromiso por escrito de los líderes de los partidos de la coalición en Grecia de que aplicarán el plan de ajustes y reformas estructurales acordado.

El presidente del Eurogrupo y también primer ministro de Luxemburgo explicó que la conferencia telefónica de hoy servirá para analizar los elementos pendientes y necesarios para la aprobación del segundo paquete de ayuda financiera de 130.000 millones de euros y para preparar la reunión ordinaria de los titulares de Finanzas de la eurozona del día 20.

Juncker sugiere así que el segundo rescate a Grecia no se aprobará hasta dentro de cinco días, justo un mes antes de que Atenas tenga que hacer frente a unos vencimientos de deuda por importe de 14.500 millones de euros.

Si no recibe para entonces una nueva inyección de ayuda internacional, el país tendrá que declararse en suspensión de pagos.

De acuerdo con Juncker, tras el grupo de trabajo del Eurogrupo que se reunió ayer, quedó claro que Grecia aún debe identificar el recorte adicional que debe acometer en 2012 por valor de 325 millones de euros para cumplir el objetivo de déficit y también debe concluirse el análisis de la sostenibilidad de la deuda griega basado en las propuestas detalladas de Atenas y la troika.

A esto se suma que los ministros de Finanzas de la eurozona aún no han recibido las garantías por escrito de los líderes de los partidos del gobierno de unidad de que efectivamente aplicarán los ajustes establecidos y que se comprometerán con el programa más allá de las elecciones de abril.

Pero también debe cerrarse el acuerdo entre Grecia y los acreedores privados sobre el canje de bonos previsto para condonar al país heleno la mitad de su deuda (100.000 millones de euros) y para lo que la banca, las aseguradoras y los fondos tendrán que asumir unas pérdidas reales de al menos el 70%. El director general del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), Charles Dallara, y el asesor del presidente de BNP Paribas, Jean Lemierre, que ya participaron el pasado jueves en el Eurogrupo, también tenían previsto asistir hoy a la reunión. De hecho, se esperaba que el IIF anunciara hoy finalmente los detalles del canje de bonos.

Quedan dos requisitos

Así el estado de las negociaciones, al Gobierno de Lukás Papadimos aún le quedan por atender dos de las tres requisitos previos fijados el pasado jueves por el Eurogrupo, dado que la primera condición, la de que el Parlamento apruebe las medidas de austeridad exigidas por la troika, la ha cumplido ya.

Pero países como Alemania exigen que Grecia demuestre primero que aplicará las reformas pendientes del primer rescate, dado que la eurozona está perdiendo la paciencia con Atenas por su continuo incumplimiento de las medidas de ajuste acordadas, según admitió el propio Juncker y admitieron varios ministros de Finanzas.

Grecia confiaba en obtener hoy luz verde de sus socios comunitarios, por lo que la negativa de Juncker a convocar una reunión presencial supone un jarro de agua fría para Atenas, además de una señal directa de que en esta ocasión no habrá más dinero si no cumple estrictamente las exigencias de la UE y del FMI.

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, reiteró ayer que "es en interés de todos en Grecia y en Europa hacer que esto funcione y evitar una quiebra desordenada de Grecia".