El referéndum sobre la nueva Constitución siria convocado para el próximo día 26 por el régimen del presidente de Bachar Al Asad es "risible" y una "burla" a la revolución que vive ese país, sostuvo hoy el Gobierno de EEUU.

"Es bastante risible. Es una burla a la revolución siria", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a los periodistas que viajaron con el presidente norteamericano, Barack Obama, a Milwaukee, en Wisconsin.

Carney destacó que las promesas de reformas en Siria "han venido seguidas normalmente de un aumento en la brutalidad" de la represión de la revuelta popular que tiene al país árabe sumido en la violencia desde marzo pasado.

El régimen sirio "tiene los días contados", reiteró el portavoz, quien agregó que "está claro que el futuro de Siria no incluirá a Asad".

El referéndum sobre la nueva Constitución siria se celebrará el 26 de febrero y no en marzo, como estaba previsto inicialmente, según informaron hoy los medios oficiales.

El nuevo texto acaba con el monopolio del partido gobernante, el Baaz, cuyo jefe es Asad, y abre las puertas a la participación de otras formaciones políticas.

Otro de los puntos principales es la limitación del mandato del jefe del Estado: será elegido por siete años y podrá concurrir sólo una vez más de forma consecutiva.

Sin embargo, la norma se aplicará cuando termine el mandato del actual presidente, en 2014, por lo que Asad -de 46 años- podría permanecer en el poder hasta 2028.

Desde que comenzaron las protestas han muerto en Siria más de 5.400 personas, entre ellas 400 niños, según datos facilitados por la ONU a mediados de enero.

La oposición siria calcula, sin embargo, que las víctimas civiles superan las 6.000.

La Asamblea General de la ONU votará el jueves un proyecto de resolución preparado por Arabia Saudí y Catar que condena la represión que ejerce el Gobierno de Siria y que respalda los planes de transición de la Liga Árabe.

No obstante, la resolución no hace referencia a la creación de una fuerza de paz conjunta entre la ONU y la Liga Árabe, tal y como ha propuesto ese organismo regional.

Rusia y China han ejercido su poder de veto en el Consejo de Seguridad en dos ocasiones para evitar que la ONU condene al régimen sirio.