La misión de la OTAN en Afganistán ha ordenado investigar la supuesta profanación de un Corán en la base de Bagram, cerca de Kabul, ante la cual se manifestaban en protesta esta mañana, según medios locales, decenas de personas.

Los manifestantes, según la agencia afgana AIP, denuncian la "quema" de un Corán, aunque se carece aún de versión oficial sobre lo sucedido en el interior de la base.

"He ordenado investigar un informe que recibí anoche, según el cual parece que personal de la misión se deshizo de manera inapropiada una gran cantidad de material religioso islámico, entre ellos coranes", dijo en una nota el jefe de la misión, John Allen.

"Estamos investigando el suceso y estamos dando pasos para garantizar que esto no suceda de nuevo. Les aseguro... les prometo... que esto no ha sido de ninguna manera intencionado", agregó en la nota.

De acuerdo con la agencia afgana AIP, decenas de personas, la mayoría trabajadores afganos de la base de Bagram, se manifestaron a las puertas del centro militar en protesta por la supuesta profanación del Corán y quemaron un kiosko.

A media mañana, un testigo aseguró que había escuchado ruido de disparos durante la protesta, y que el número de personas congregadas antes las puertas iba en aumento.

Allen no determinó con exactitud que ocurrió en el interior de la base, pero sí reconoció que sus fuerzas "intervinieron inmediatamente, nada más conocer las acciones" en cuestión, y que "les detuvieron", sin especificar quiénes fueron los responsables.

"Los materiales recobrados serán entregados a las autoridades religiosas", apuntó el general, que ofreció sus disculpas "sinceras" a las principales autoridades y al pueblo afgano.

La profanación del Corán es un asunto muy sensible en Afganistán, donde una veintena de personas, entre ellas siete trabajadores de la ONU, murieron en protestas el año pasado a raíz de la quema pública de un ejemplar en una iglesia estadounidense.

Bagram, a una hora de Kabul, es la principal base de las tropas internacionales presentes en Afganistán, que se hallan inmersas en pleno proceso de retirada tras una década de guerra contra los insurgentes talibanes, aún activos en gran parte del país.