Las protestas contra la quema de ejemplares del Corán en una base de la OTAN cerca de Kabul se intensificaron hoy en varios puntos de Afganistán, donde al menos ocho personas murieron y 40 resultaron heridas en enfrentamientos con la policía.

Los disturbios más graves de la jornada se produjeron en el norteño distrito de Shinwari, situado en la misma provincia de Parwan donde se halla la base de Bagram en la que fue profanado el Corán por militares estadounidenses.

Seis personas murieron y catorce resultaron heridas en ese distrito a causa de disparos de las fuerzas del orden para reprimir las protestas, en las que participaron unas 300 personas, dijo una portavoz del gobierno provincial, Roshna Jalid.

Afganistán vive desde ayer escenas de gran tensión y hoy se repitieron manifestaciones que reunieron a varios centenares de personas en diversos puntos del país, según las autoridades.

Los disturbios se han extendido a importantes ciudades afganas como Kabul, la oriental Jalalabad y la occidental Herat.

Fuentes oficiales citadas por la agencia afgana AIP dieron cuenta de dos fallecidos y unos 13 heridos en Jalalabad y la cercana provincia de Logar.

Mientras, en Kabul, el número de heridos fue de once, explicó el portavoz de la policía local, Hashmat Stanikzai.

Los manifestantes entonaron en la capital afgana consignas de "Abajo el Gobierno de EEUU y sus aliados", "Alá es Grande", "Abajo Obama" o "Larga Vida al islam".

Las protestas se han acrecentado a pesar de que el jefe de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), John Allen, se disculpó ayer poco después de conocerse la profanación del Corán.

Allen calificó los hechos de "no intencionados" pero no ofreció detalles sobre los mismos, y anunció una investigación al respecto.

Según un testigo consultado por Efe, militares estadounidenses de la ISAF quemaron algunos ejemplares del Corán y otros libros religiosos en el interior de la base.

La fuente agregó que los miembros de la OTAN transportaron en una furgoneta el material quemado al exterior del complejo de Bagram, donde fue hallado por empleados afganos que lo expusieron al público.

Esta versión fue compartida por la portavoz gubernamental Khalid, quien, no obstante, evitó pronunciarse sobre si existió o no intencionalidad en la acción de los militares de EEUU.

Khalid mantuvo que hace unos días unos prisioneros fueron liberados de Bagram, por lo que la administración vació sus celdas de objetos que fueron luego quemados, como se suele hacer en ese tipo de ocasiones.

Las palabras de las autoridades, pronunciadas con el objetivo de quitar algo de hierro al asunto, no han servido de momento para calmar los ánimos en el país asiático.

"Se trata de un asunto muy sensible. Resulta difícil creer que esta gente esté quemando nuestro libro sagrado", argumentó un estudiante de la Universidad de Kabul que participó en las protestas, Abdul Bashir Firtat.

"Esto es inhumano, es una acción despreciable contra todos los musulmanes del mundo", criticó otro manifestante, Ahmad Malik.

Muchos de los protestantes cargaron tintas contra la política adoptada por EEUU en Afganistán, país que invadió hace algo más de una década y del que ya tiene una fecha de retirada sin haber hallado una solución al conflicto.

La insurgencia talibán, por su parte, ha condenado lo que para los musulmanes es una grave profanación de su libro sagrado.

En comunicado citado por la agencia AIP, los talibanes llamaron hoy mismo a los soldados y policías afganos a que disparen contra los militares de las fuerzas extranjeras.

La profanación del Corán también motivó el año pasado protestas en Afganistán, donde unas veinte personas, entre ellas siete trabajadores de la ONU, murieron a raíz de la quema pública de un ejemplar en una iglesia estadounidense.