Irán ha plantado cara al OIEA y desafía a la comunidad internacional al negar el acceso a una controvertida instalación militar cerca de Teherán, donde se sospecha que tienen lugar actividades supuestamente relacionadas con un programa nuclear bélico.

Una misión especial de alto rango del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), liderada por su director adjunto para salvaguardas (controles), Herman Nackearts, volvió hoy a Viena con las manos vacías tras dos días de intensas negociaciones en Teherán.

"Intentamos llegar a un acuerdo sobre cómo seguir adelante para resolver asuntos pendientes, en particular discutimos las supuestas dimensiones militares del programa nuclear (iraní)", dijo el belga hoy a su regreso a la capital austríaca, donde está la sede de la agencia nuclear de la ONU.

"Hemos afrontado este viaje con un espíritu constructivo, pero por desgracia no hemos llegado a ningún acuerdo", manifestó el inspector jefe del organismo ante la prensa.

En concreto, Irán se niega a conceder acceso a los expertos del OIEA a la base militar de Parchin, cerca de Teherán, donde los servicios de inteligencia occidentales sospechan que se han llevado a cabo trabajos relacionados con la construcción armas nucleares.

Nackearts aseguró hoy que informará en detalle al director general del OIEA, Yukiya Amano, sobre lo sucedido en esta fallida misión a Irán, la segunda en menos de un mes.

Además, los resultados de esta visita serán incluidos en el próximo informe técnico del organismo sobre la República Islámica, que se espera para los próximos días y que será analizado a partir del 5 de marzo por la Junta de Gobernadores del OIEA.

Nackearts estuvo en Irán acompañado por Rafael Grossi, jefe de gabinete de Amano; el francés Jacques Baute, experto en la construcción de bombas atómicas, y una de las juristas del OIEA, la estadounidense Laura Rockwood.

En comunicado emitido hoy, Amano adelantó el fracaso de la misión, al calificar como "decepcionante" que Irán no haya aceptado su petición de visitar Parchin.

"Nosotros negociamos con espíritu constructivo, pero no se alcanzó acuerdo alguno", concluye Amano en la nota.

Según agregó la portavoz del OIEA, Gill Tudor, por ahora, no hay acuerdo sobre más conversaciones con Irán.

El fracaso de esta misión se produce en un momento de creciente tensión en la disputa sobre el programa nuclear iraní y las amenazas directas e indirectas de Israel sobre un posible ataque aéreo contra las instalaciones atómicas de ese país.

Occidente, con Estados Unidos, el Reino Unido e Israel a la cabeza, temen que bajo el paraguas de un supuesto programa pacífico Irán quiera hacerse con armas atómicas.

Teherán rechaza estas alegaciones y dice que sus esfuerzos atómicos sólo tiene objetivos pacíficos, como la generación de energía eléctrica y la elaboración de isótopos para combatir el cáncer.

El experto estadounidense Michael Adler indicó hoy que "es excepcional para el OIEA ser tan claro", lo que demuestra "su frustración y su incapacidad de avanzar en la investigación".

El investigador del Wilson Center de Washington (EEUU) advierte de que el fracaso de esta misión "impulsará las preocupaciones de que Irán no está cooperando con la comunidad internacional, lo que se unirá a la ya existente tensión".

Además, su falta de cooperación "contradice la versión de Irán de que no tiene nada que ocultar y que quiere cooperar con el OIEA", concluye Adler.

Las principales instalaciones nucleares de la República Islámica están fuertemente protegidas o han sido construidas bajo tierra para dificultar su destrucción en un ataque militar.

En contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que ha impuesto ya cuatro rondas de sanciones, Irán sigue adelante con su programa de enriquecimiento de uranio.

Ese material, que Irán ya enriquece hasta un 20 %, sirve tanto como combustible nuclear como para fabricar bombas atómicas.