El secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, pidió ayer disculpas a los afganos por la quema de un ejemplar del Corán por parte de soldados estadounidenses miembros de la misión de la OTAN en Afganistán en la base de Bagram, un incidente que ha generado protestas.

En una declaración escrita, Panetta pide disculpas por el trato inapropiado de material religioso incluidas copias del Corán y señala que "estas acciones no representan las opiniones de los militares de los Estados Unidos".

"Honramos y respetamos las prácticas religiosas del pueblo afgano, sin excepción", dijo Panetta, que indicó que el general de Infantería de Marina John Allen, jefe de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), le notificó el "profundamente desafortunado incidente".

Allen pidió disculpas tanto a las autoridades como al pueblo afgano ayer y ordenó una investigación después de que un grupo de empleados afganos de la base militar denunciaran que vieron cómo militares estadounidenses quemaban el lunes por la noche partes de un Corán y mostraran páginas quemadas de su libro sagrado.

Panetta, que expresó su apoyo a Allen para investigar el asunto junto con el Gobierno afgano, aseguró que revisará "cuidadosamente" los resultados finales de la pesquisa para asegurarse de que se toman "todas las medidas necesarias y apropiadas para que esto nunca vuelva a suceder".

El general estadounidense explicó que los materiales recuperados se entregaron a las autoridades religiosas pertinentes para que se hagan cargo".

Protestas

Allen ofreció sus disculpas personales al presidente afgano Hamid Karzai, al Gobierno afgano y al "noble pueblo de Afganistán", asimismo agradeció al personal local afgano que les alertó y que trabajó para "tomar de inmediato medidas".

Unos 3.000 afganos se concentraron en los alrededores de la base militar para protestar por el incidente, según indicó Roshna Khalid, el portavoz regional de Parwan, donde está ubicada la base.

"La gente está protestando porque las tropas internacionales destruyeron y quemaron un Corán", afirmó Khalid.

Según Khalid, un grupo de empleados afganos de la base militar vieron cómo militares estadounidenses estaban quemando partes de un Corán, y luego se las arreglaron para sacar del centro páginas quemadas de su libro sagrado.

El jefe de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), John Allen, explicó que "parece que personal de la misión se deshizo de manera inapropiada una gran cantidad de material religioso islámico, entre ellos coranes".

"Estamos investigando el suceso y estamos dando pasos para garantizar que esto no suceda de nuevo. Les aseguro... les prometo... que esto no ha sido de ninguna manera intencionado".

Los manifestantes quemaron un quiosco, según la agencia afgana AIP, que además citó a un testigo que dijo, a media mañana, haber escuchado ruido de disparos en las inmediaciones y que el número de personas congregadas ante las puertas de Bagram iba en aumento.

Allen no determinó con exactitud que ocurrió en el interior de la base, pero sí reconoció que sus fuerzas "intervinieron inmediatamente, nada más conocer las acciones" en cuestión, y que "les detuvieron", sin especificar quiénes fueron los responsables.

La profanación del Corán es un asunto muy sensible en Afganistán, donde una veintena de personas, entre ellas siete trabajadores de la ONU, murieron en protestas en 2011 a raíz de la quema pública de un ejemplar en una iglesia estadounidense.

Bagram, a una hora de Kabul, es la principal base de las tropas internacionales presentes en Afganistán.