El bombardeo diario al que somete el régimen sirio al barrio de Baba Amro, en la ciudad de Homs, se cobró ayer la vida de la periodista estadounidense Marie Colvin y del fotógrafo francés Rémi Ochlik.

Colvin, que trabajaba para el periódico Sunday Times, y Ochlik, de la revista Paris Match, se hallaban en un edificio de Baba Amro utilizado como centro de prensa que fue alcanzado por los bombardeos, según informaron activistas sirios, que señalaron que otros cuatro reporteros resultaron heridos.

En un vídeo difundido en la red por grupos opositores, dos médicos sirios aparecen junto a dos de los periodistas heridos y explican que el cuerpo de Colvin resultó carbonizado en el ataque.

Los cuatro heridos son la periodista gala del diario Le Figaro Edith Bouvier, que se encuentra en estado grave; el reportero gráfico británico Paul Conroy, el francés William Daniel y un fotógrafo sirio cuya identidad no se facilitó.

Con estas nuevas víctimas se eleva a siete el total de periodistas fallecidos en Siria, la mayoría en Homs, desde el inicio de la revuelta contra el régimen de Al Asad, en marzo pasado, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).

RSF denunció en un comunicado que los periodistas están "atrapados en el infierno de Homs" y condenó que Damasco siga "con su sangrienta política de censura y de represión de la información".

Por su parte, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) lamentó el alto precio que los corresponsales tienen que pagar por hacer su trabajo y afirmó que Colvin y Ochlik "dieron sus vidas para informar de una historia de gran importancia que Damasco trata de ocultar al resto del mundo".

Colvin, que el martes contaba a la BBC cómo había visto morir a un bebé en Baba Amro, era una veterana corresponsal de guerra. Perdió un ojo en Sri Lanka en una emboscada tendida por soldados gubernamentales. Ochlik, ganador del premio World Press Photo por su trabajo en la revolución libia, fotografió en 2008 la guerra en la República Democrática del Congo y la epidemia de cólera en Haiti.