Al menos 29 personas murieron hoy y otras 103 resultaron heridas en una cadena de ataques en Bagdad y en la provincia de Salahedín, al norte de la capital iraquí, informaron fuentes policiales y del Ministerio del Interior.

En Bagdad, el estallido de cuatro coches-bomba y tres artefactos explosivos, además de dos ataques armados, causaron al menos veinte fallecidos y 64 heridos en diferentes barrios, con predominio suní, chií y cristiano.

Entretanto, en la provincia de Salahedín, al menos nueve personas murieron y 39 resultaron heridas por la explosión de cuatro coches-bomba.

El atentado más sangriento en Bagdad se produjo en el distrito de Al Kazimiya, donde al menos seis personas perdieron la vida y otras quince resultaron heridas por la detonación de un vehículo cargado con explosivos cerca de un restaurante.

Otras seis personas, la mayoría policías, perecieron y otras tres sufrieron heridas por los disparos de un grupo armado que atacó un puesto de control en la zona de Al Sarafiya, en el centro de la ciudad.

Además, hubo dos muertos y nueve heridos por el estallido de dos artefactos y disparos de pistolas con silenciadores en el barrio de Al Saidiya, en el suroeste de Bagdad.

Otros distritos de la capital donde se registraron ataques fueron Mansur, Al Madaem y Karrada, donde hubo estallidos de coches-bombas y de un artefacto, que causaron al menos seis muertos y más de 30 heridos.

Mientras, en Salahedín, la mayoría de los atentados tuvo como objetivos edificios gubernamentales y la sede de la Unión Patriótica del Kurdistán, el partido del presidente iraquí, Yalal Talabani, en las zonas de Biyi, Al Duyail, Balad y Al Tuz.

De esos ataques, el más mortífero fue el de Balad, donde cinco personas perdieron la vida y 25 resultaron heridas.

Irak vive un repunte de la violencia desde la retirada de las tropas estadounidenses, el 18 de diciembre pasado, y la emisión, un día después, de una orden de arresto contra el vicepresidente suní del país, Tareq al Hashemi, por supuestos delitos de terrorismo.

El domingo pasado, dieciséis personas murieron, entre ellas varios agentes del orden, y otras veintidós resultaron heridas en un atentado suicida contra una academia de la policía en el este de Bagdad.

La orden de arresto contra Al Hashemi ha desencadenado una profunda crisis política, agravada por los numerosos atentados perpetrados contra objetivos chiíes y contra las fuerzas de seguridad.