Al menos 41 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en una cadena de atentados perpetrados ayer en distintas zonas de Irak, que sigue sumido en una grave crisis política y de seguridad pese a los intentos del gobierno por minimizar el impacto del terrorismo.

Al menos 20 personas murieron y otras 64 resultaron heridas en diversos atentados cometidos en varios barrios suníes, chiíes y cristianos de Bagdad y de cuya autoría las autoridades responsabilizaron a Al Qaeda.

Según explicaron fuentes policiales, el atentado más sangriento tuvo lugar en el distrito bagdadí de Al Kazimiya, donde al menos seis personas murieron y otras quince resultaron heridas por la detonación de un vehículo cargado con explosivos cerca de un restaurante.

En el centro de la capital, seis personas, la mayoría policías, perecieron y otras tres sufrieron heridas por los disparos de un grupo armado que atacó un puesto de control.