Varios miles de personas se congregaron ayer en el centro de Beirut (Líbano) para pedir la renuncia del presidente sirio, Bachar al Asad, mientras que, separados por una alambrada, centenares de partidarios del mandatario denunciaban la presión internacional contra Damasco.

La manifestación de los opositores a Al Asad fue convocada por el jeque Ahmad el Asir, imán de una mezquita de la ciudad meridional de Sidón, desde donde se movilizaron varias guaguas para transportar a los participantes a la capital libanesa, según pudo constatar Efe.

"La nación islámica tiene el deber de denunciar la represión ejercida por el régimen sirio contra manifestantes pacíficos en Homs", afirmó el jeque Al Asir durante la manifestación, que discurrió entre estrictas medidas de seguridad para evitar incidentes.

En su discurso, el religioso denunció un "complot internacional" contra el pueblo sirio y criticó a la ONU por no aprobar una intervención extranjera pese a "las masacres que comete el tirano de Damasco". Los presentes corearon lemas como "que se vaya Bachar" y "que echen al embajador de Siria del Líbano y ayuden al pueblo sirio", en alusión al respaldo del Gobierno libanés a Damasco.

Mientras, en las pancartas se podía leer "Opresor, quedarás en la basura de la historia" o "Baba Amro, estamos contigo hasta la muerte", en apoyo a ese barrio de Homs asediado por los bombardeos y emblema de la revuelta.

Uno de los manifestantes, que se identificó como Mohamed, dijo a Efe que vino desde Sidón para expresar su rechazo al "criminal de Bachar". "No nos callaremos", agregó. Por su parte, Ziam, que se encontraba con otras mujeres, expresó su solidaridad con la población de Homs y subrayó que no se puede permitir las masacres que está perpetrando el régimen sirio.

Separados por una alambrada de espino, la manifestación convocada por la rama libanesa del partido gobernante sirio Baaz reunió a centenares de personas, que izaron fotografías de Al Asad y banderas de Siria, China y Rusia.

"Siria no cederá", corearon los manifestantes, algunos de los cuales lanzaron zapatos en signo de desprecio contra imágenes del rey Abdalá de Arabia Saudí y el emir de Catar, jeque Hamad bin Jalifa al Zani.

Entre los lemas de esta otra parte, se escuchó también "que Dios haga a vuestras mujeres infértiles y a vuestros hombres impotentes", en claro rechazo al papel de estos países en las condenas contra Damasco.