La muerte en Florida del joven negro Trayvon Martin por el disparo de un vigilante voluntario cumple hoy su primer mes, en medio de una amplia ola de protestas por EEUU y del debate nacional sobre el uso de armas y la legislación en materia de defensa propia.

Para hoy esta convocada una marcha de protesta en Sanford, la localidad de las afueras de Orlando (Florida), en donde en la noche del 26 de febrero el joven desarmado recibió un disparo mortal por parte de George Zimmerman, un vecino con permiso de porte de armas y que vigilaba voluntariamente la comunidad.

Un mes después, ese hombre de 28 años permanece en libertad sin cargos, amparado por la polémica ley "Stand Your Ground" ("Defiende tu posición"), que exime a los ciudadanos de la obligación de retirarse en caso de amenaza y les permite recurrir al uso de la fuerza, incluso "letal", para defenderse. Florida fue el primer estado que aprobó esta ley, en 2005, y desde entonces otros veinte han adoptado normas parecidas.

Hasta entonces, en todo EEUU los ciudadanos en una situación peligrosa y tuvieran oportunidad de retirarse de forma segura tenían obligación de hacerlo, a diferencia de los policías, que tenían que afrontar el peligro.

"Leyes como esta dan a los ciudadanos ilimitado poder y discreción sin ninguna responsabilidad. Es una receta del desastre", explicaba el pasado fin de semana en una columna en el New York Times John Timoney, exjefe de Policía de Florida. La abolición o modificación de esta controvertida ley será una de las principales reclamaciones de los manifestantes, que, en muchos casos, ven también en este caso un conflicto racial.

"Mi hijo cumple diez años por haber disparado contra una persona que tenía una orden de alejamiento, que llevaba una pistola y que sobrevivió" al disparo, relataba ayer en una emisora local un afroamericano de Florida, convencido de que si Zimmerman hubiera sido negro ya estaría entre rejas.

Líderes religiosos afroamericanos y de organizaciones de defensa de los derechos civiles de EEUU animan a los asistentes a que el lunes acudan con un paquete de caramelos, como los que Martin llevaba en la mano al morir y que se han convertido en un símbolo de la indefensión del joven ante el arma del agresor.

Símbolo de protesta

También se han convertido en un símbolo de protesta las sudaderas con capucha como la que llevaba el adolescente, y como las que se pusieron ayer cientos de personas para asistir a las misas, en las que, en algunos casos, incluso pastores de estados como Florida, Georgia y Nueva york decidieron oficiar con ellas puestas.