El presidente de EEUU, Barack Obama, desarrolló ayer toda una ofensiva diplomática para evitar que Corea del Norte, como amenaza, lance finalmente el mes próximo un satélite de observación sobre un misil de largo alcance.

Con este objetivo, el mandatario estadounidense se reunió con el presidente chino, Hu Jintao, cuyo país es el principal aliado de Pyongyang, para instarle a que ejerza su influencia sobre Corea del Norte y disuada a sus líderes del lanzamiento.

Según indicó el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, en el encuentro, que se prolongó noventa minutos, Hu expresó su "gran inquietud" por la amenaza y ambas partes "acordaron coordinarse muy de cerca" en este asunto.

"China ha indicado que se toma este asunto muy seriamente y que colaborará activamente con nosotros, está comprometida a enviar un mensaje firme sobre las preocupaciones internacionales", declaró el alto funcionario.

Previamente, según un portavoz surcoreano, China había indicado en el transcurso de una reunión bilateral entre Hu y el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak, que trataría de disuadir a Corea del Norte. Sin embargo, según Rhodes, más allá de que China transmita la preocupación mundial sobre el lanzamiento, Pekín debe plantearse adoptar medidas de presión adicionales.

Estados Unidos considera que el lanzamiento violaría los compromisos internacionales norcoreanos y resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y advirtió de que imposibilitaría el acuerdo del mes pasado por el cual EEUU suministraría 240.000 toneladas de alimentos a cambio del compromiso de Pyongyang de poner fin a sus pruebas nucleares y de misiles de largo alcance.

En otro contexto, Obama fue sorprendido por los micrófonos cuando en su reunión bilateral con el presidente ruso saliente, Dmitri Medvédev, pedía que su sucesor, Vladimir Putin, le diera "espacio" hasta las elecciones de noviembre acerca de la defensa antimisiles.

Entre tanto, la II Cumbre de Seguridad Nuclear comenzó ayer en Seúl con la presencia de medio centenar de líderes que buscarán nuevos compromisos para reforzar el control del material atómico existente en el mundo y prevenir el terrorismo nuclear.

Los jefes de Estado y de Gobierno iniciaron con una cena de trabajo la reunión, que busca trasladar a acciones concretas la voluntad política contra el terrorismo nuclear expresada en la anterior cumbre de Seguridad Nuclear, celebrada en Washington en 2010.

Durante este primer encuentro de la cumbre los líderes analizaron en un ambiente "serio y sincero" los progresos efectuados en los dos últimos años.

No obstante, las principales discusiones se dejarán para las sesiones plenarias de hoy, que abordarán vías para asegurar materiales de alto riesgo, prevenir su tráfico ilícito, proteger las instalaciones atómicas y asegurar el manejo de productos radiactivos que podrían utilizarse en "bombas sucias".

En el transcurso de la sesión participarán los 53 países invitados, junto con la ONU, la Unión Europea, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Interpol.