Siria puso ayer una serie de condiciones al cumplimiento del plan de paz del mediador internacional Kofi Annan, que debería aplicarse hoy o mañana, y exigió que los grupos armados de los rebeldes cesen la violencia antes de que Damasco retire las tropas desplegadas. En un comunicado, el Ministerio sirio de Asuntos Exteriores consideró que Annan, enviado especial para Siria de la ONU y la Liga Árabe, todavía no ha aportado "garantías escritas" de que los supuestos grupos terroristas que actúan en el país han detenido sus operaciones y entregado sus armas.

Esta nueva condición fue rechazada por el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), que, por su parte, exigió que primero el régimen de Bachar al Asad presente un aval de la comunidad internacional de que ha cumplido con su compromiso de frenar las hostilidades. "Si el régimen quiere comprometerse con el alto el fuego y la liberación de los detenidos, que presente garantías de los países miembros del Consejo de Seguridad (de la ONU) de que va a hacerlo, y luego nosotros las presentaremos también", subrayó el número dos del ELS, Malek Kurdi.

Además de la condición referida a la oposición armada, el régimen sirio también solicitó que Catar, Arabia Saudí y Turquía se comprometan por escrito a dejar de financiar a estos grupos, dos días antes de que venza el plazo.

En cuanto a este ultimátum, el portavoz sirio de Exteriores, Yihad Maqdesi, aseguró que las declaraciones del enviado especial se interpretaron de manera "errónea" cuando aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Siria había aceptado una fecha límite para aplicar su plan de mediación.

Hasta mañana

Según este esquema, Siria tiene hasta mañana para aplicar la iniciativa de Annan, que prevé, entre otros puntos, el fin de la violencia y la retirada de las tropas desplegadas en las ciudades y sus alrededores, y hasta el día 12 para que se ponga fin a las hostilidades.

Con las reservas de ayer, el régimen sirio condicionó su compromiso al plan de paz, al tiempo que recordó el fracaso de la anterior misión de observadores de la Liga Árabe, que apenas permaneció un mes en el país hasta el pasado enero debido al repunte de la violencia.

Maqdesi destacó que Siria "no repetirá lo que sucedió" entonces, cuando dijo haber sacado a las Fuerzas Armadas de las ciudades en un gesto que fue supuestamente aprovechado por los "grupos terroristas" para reorganizarse y atentar contra la población civil. Al respecto, el subcomandante en jefe del ejército rebelde aseguró que su bando se comprometió con la iniciativa de la Liga Árabe y puso fin a la violencia, mientras que el régimen infringió esos acuerdo.

Pese a las esperanzas depositadas en el plan de Annan, la represión del régimen prosiguió ayer en el país, donde, según los opositores Comités de Coordinación Local, fallecieron al menos 37 personas, que se suman a las más de 150 que perdieron la vida en los últimos dos días. La mayoría de las víctimas se registraron en la provincia central de Hama, donde perecieron 11 personas por los bombardeos, cinco de ellas miembros de una misma familia, y la septentrional de Idleb.

Desde Ginebra, el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria mostró ayer su consternación por el aumento de la represión en ese país y pidió al régimen de Al Asad que cumpla con los compromisos asumidos. Estas acciones "violan lo acordado conmigo", aclaró Annan, quien consideró "inaceptable" este ascenso de la violencia a escasos días de que expire el plazo último dado a las partes en conflicto. El ex secretario general de la ONU solicitó a los países con influencia sobre los dos bandos que la usen para acabar con el derramamiento de sangre e iniciar el diálogo.

En el país se encuentra un equipo de observadores de Naciones Unidas para estudiar con las autoridades el futuro despliegue de una misión militar de supervisión y el seguimiento del plan de paz. Según datos de la ONU, desde el inicio de las protestas en Siria a mediados de marzo de 2011, más de 9.000 personas han muerto, mientras que más de 200.000 se han desplazado a otras zonas dentro del país y 30.000 se han refugiado en el extranjero.