Los ministros de Exteriores de once países de la Unión Europea, entre ellos España, celebrarán mañana una nueva reunión del llamado "grupo de Berlín" para continuar las discusiones sobre posibles reformas de las estructuras comunitarias.

La reunión de Bruselas seguirá a la primera, celebrada en marzo pasado en Berlín a iniciativa del titular alemán, Guido Westerwelle, quien convocó a sus colegas más europeístas (los de España, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Dinamarca, Austria, Portugal y Polonia) para recoger propuestas.

El ministro español, José Manuel García-Margallo, tiene previsto presentar un documento con una serie de ideas, entre las que destaca que el presidente de la Comisión Europea (CE) sea elegido por sufragio directo por los ciudadanos comunitarios, según han avanzado fuentes diplomáticas.

Actualmente, el presidente de la CE es consensuado por los jefes de Estado y Gobierno de la UE, y luego confirmado por mayoría absoluta en el Parlamento Europeo.

García-Margallo también prevé proponer que el presidente de la Comisión tenga más poderes para decidir los componentes del Ejecutivo comunitario, ya que ahora cada comisario es propuesto por el Gobierno de cada país y luego el conjunto de la CE es refrendado por la Eurocámara.

El ministro español pedirá además que se definan mejor las competencias exclusivas de la Comisión y de los Estados miembros, así como cuáles son compartidas entre ambos.

Finalmente, defenderá la idea de crear un Tesoro europeo con emisiones compartidas de deuda, añadieron las fuentes.

La reunión de mañana, que tendrá como anfitrión al belga Didier Reynders, se celebrará a partir de las 12:00 GMT en Val Duchesse, un palacete de Bruselas que el Gobierno belga dedica a conferencias de alto nivel.

Está previsto que el resultado de las discusiones de mañana sirva de base para la reunión final del grupo, que se celebraría en Madrid en junio próximo.

Las discusiones del foro son muy amplias y abarcan todos los temas de la construcción europea.

El alemán Westerwelle anunció el 10 de marzo la invitación a sus diez colegas para una reunión que se celebró el 20 de ese mes, y lo justificó con que es el momento de "abrir un nuevo capítulo en la política europea" y de poner en marcha una Constitución.

El anterior proyecto de Constitución europea se frustró en 2005 tras el resultado negativo en los referendos de ratificación de Holanda y Francia.