La UE ha empezado a cambiar su discurso económico y a distanciarse de la ortodoxia alemana, y en vista del escepticismo que generan los ajustes puros, ha empezado a poner más el acento en el crecimiento, una línea que ya preconiza el Fondo Monetario Internacional desde hace meses.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y los primeros ministros de Italia, Mario Monti, y Bélgica, Elio Di Rupo, se sumaron ayer, aunque con matices, a las manifestaciones en ese sentido de los últimos otros líderes comunitarios a favor del cambio.

Van Rompuy reconoció, en una conferencia sobre la salida de la crisis en Bruselas, que "Europa necesita un crecimiento económico estructurado", aunque advirtió de que lo primero son las reformas, que llevarán cierto tiempo.

También se mostró abierto a considerar un giro en las políticas europeas y anunció que estudia convocar una cumbre extraordinaria de líderes de la UE para avanzar medidas de fomento del crecimiento económico antes de finales de junio.

"No descarto convocar a los líderes europeos a una reunión informal para un intercambio abierto de ideas en una fecha más temprana y preparar mejor las medidas del Consejo Europeo de junio -previsto para los días 28 y 29 de ese mes-", señaló Van Rompuy en el foro, en el que también participaron Monti y Di Rupo.

Fomentar la actividad

Monti, por su parte, alertó de que todas las medidas de ajuste que se están tomando en la UE no traerán crecimiento por sí solas, por lo que reclamó que se ponga en marcha una verdadera política para fomentar la actividad económica.

"Ahora Europa necesita políticas para aumentar su potencial de crecimiento y evitar políticas que sólo dan la sensación de contribuir al crecimiento", sostuvo en una conferencia empresarial sobre la salida de la crisis.

Monti explicó que no se trata de cuestionar el pacto fiscal europeo o la disciplina presupuestaria, y rechazó que la solución resida en seguir incrementando el déficit como en el pasado. "Necesitamos abrir la mente, no como manera de eludir la disciplina presupuestaria sino de hacerla realmente sostenible a medio plazo", añadió.

Fuentes comunitarias indicaron que el giro no supondría abandonar la austeridad, sino complementarla con un mayor énfasis en el crecimiento.

Añadieron que el Gobierno alemán, el principal promotor de la austeridad, también está dispuesto a moderar esta postura, puesto que afronta una posición difícil en las elecciones legislativas del año próximo.

En Bruselas se considera que este giro es necesario ya que las políticas de ajuste ya han dado de sí todo lo que podían y han sentado una base suficiente sobre la que lanzar el crecimiento.

La creciente resistencia de las poblaciones y de los Gobiernos a los ajustes, y el aumento de partidos extremistas antieuropeístas en países como Francia o Finlandia, son otras de las causas señaladas por las fuentes.

Como medidas concretas, se estudian por ejemplo formas de potenciar la labor del Banco Europeo de Inversiones o un uso más generoso pero más controlado de los fondos estructurales europeos.

"Resulta crucial poner en marcha nuevas medidas y encontrar nuevos recursos financieros", afirmó el primer ministro belga, quien ve la tasa a las transacciones financieras como una posible fuente de ingresos.

Di Rupo fue aún más allá: "Nos hemos dado cuenta de que la clave, más allá de la disciplina presupuestaria, está en cómo relanzar el crecimiento y poner a Europa de nuevo en la senda de la prosperidad", comentó en su intervención.