El ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan, advirtió hoy de que un rechazo al tratado de estabilidad de la Unión Europea (UE) en el referéndum del 31 de mayo obligaría al Gobierno a endurecer la política fiscal y presupuestaria en 2013.

"Si gana el ''no'', los presupuestos (generales del Estado) que tendré que preparar para finales del año serán muchísimo más duros que si gana el ''sí''. La gente cree que al votar ''no'' va a evitar más impuestos y recortes pero, de hecho, el ''no'' provocará lo contrario", declaró Noonan.

El ministro recordó que, en caso de rechazo, Irlanda no podría acceder a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (ESM) cuando finalice en 2014 el rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuantificado en 85.000 millones de euros.

El programa de ayuda a este país obligó a Dublín a presentar el pasado diciembre uno de los presupuestos generales más duros de su historia, con unas cuentas encaminadas a ahorrar 4.200 millones de euros durante 2012 para reducir su déficit hasta el 8,6 % del PIB.

Según Noonan, la situación será aún más "difícil" el próximo año si el electorado irlandés rechaza la ratificación del texto comunitario en la consulta popular.

"El contenido del tratado -señaló- indica muy claramente que solo aquellos países que lo ratifiquen tendrá acceso al fondo del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera. Y no hay otros fondos".

El titular de Finanzas hacía así referencia a ciertas informaciones que han circulado desde que el dominical "The Sunday Times" citase a una fuente del FMI diciendo que Irlanda podría volver a solicitar ayuda a este organismo si se agota la vía del ESM.

En opinión de Noonan, la posibilidad de que, en caso de necesidad, el FMI ofrezca ayuda "substancial" a Irlanda sin la implicación de la UE y el Banco Central Europeo (BCE) es "remota".

El ministro efectuó estas declaraciones el día que su partido, el conservador Fine Gael (FG), lanzó la campaña del referéndum con la presentación de sus dos carteles, con los lemas "Por la inversión, estabilidad, recuperación. Vota sí" y "Por una Irlanda que trabaja. Vota sí".

Una encuesta del 19 de abril otorgaba a los partidarios del "sí" un 30 % de apoyo, mientras el 23 % rechazaba el texto, el 8 % no tenía intención de votar y un 39 % se mostraban indecisos, lo que puede decidir el resultado final, que en todo caso no bloquearía la entrada en vigor del tratado.

El Gobierno de coalición entre el FG y el Partido Laborista tratará de contrarrestar los argumentos del bloque opositor, que está compuesto por el Sinn Fein, antiguo brazo político del inactivo IRA y cuarta formación nacional, y un heterogéneo grupo de diputados y organizaciones de izquierdas.

Durante la presentación hoy de la campaña del Partido Socialista irlandés, el eurodiputado Paul Murphy recalcó que el tratado servirá para perpetuar las políticas de austeridad en la UE, dando prioridad a los recortes frente a los planes de crecimiento económico y de creación de empleo.

La parlamentaria socialista Clare Daly acusó al Gobierno de recurrir a las "tácticas del miedo" para ganar el plebiscito del próximo día 31.

Aún en el caso de que la mayoría del electorado irlandés rechace el tratado, esa decisión no impedirá que entre en vigor pues solo se precisa el apoyo de doce países de la UE.

El Ejecutivo de Dublín, no obstante, ha advertido de que el "no" provocaría el "descarrilamiento" del actual programa de ayuda de la UE y el FMI y situaría a Irlanda en "territorio desconocido".