Los observadores militares que la ONU ha desplegado hasta el momento en Siria han confirmado que el régimen de Damasco todavía tiene armamento pesado en zonas urbanas del país y que tanto el Ejército como la oposición violan el alto el fuego acordado por las partes.

"Los observadores han visto un número de vehículos blindados, obuses y otros equipamientos militares en muchos lugares", dijo hoy el subsecretario general de la ONU para Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, que agregó que hasta ahora los países han ofrecido 150 de los 300 observadores autorizados por el Consejo de Seguridad.

La presencia militar en esas zonas civiles es una violación del Gobierno sirio a su compromiso de retirada de tropas y de armamento pesado de esas áreas, según el plan de paz diseñado por el enviado especial a Siria, Kofi Annan, en vigor desde el 12 de abril.

Ese plan estipula el cese de las hostilidades, la retirada de los tanques de las ciudades, la liberación de los detenidos de forma arbitraria y el inicio de un diálogo, entre otros puntos.

Ladsous explicó en conferencia de prensa en la sede central de la ONU en Nueva York que actualmente hay 24 observadores militares desarmados sobre el terreno, que han podido comprobar la presencia de armamento pesado en las calles, aunque destacó que las violaciones al plan de paz también llegan por parte de la oposición.

"Está claro que las partes tienen que demostrar su deseo de cesar toda forma de violencia armada. Más armas, más bombas y más violencia solo incrementará las tensiones y aumentará el número ya considerable de muertos", explicó el jefe de los "cascos azules" de Naciones Unidas.

El diplomático francés pidió así una vez más a todas las partes que detengan la violencia y que trabajen por garantizar que el alto el fuego se respeta, al tiempo que insistió en tanto Gobierno como oposición deben dar "más pasos" en ese sentido.

Ladsous reconoció que la misión de observadores militares desarmados entraña "obviamente riesgos", y destacó que ha habido "varios incidentes que causan preocupación, particularmente con miembros de la oposición", aunque evitó detallar la naturaleza de los mismos.

"Es la hora de silenciar las armas y detener los abusos", afirmó el subsecretario general, que explicó que los 24 observadores están presentes en Damasco, Idleb, Homs, Hama y Deraa.

Señaló que su presencia, más allá de comprobar el alto el fuego, también tiene "el potencial de cambiar la dinámica política" en el país árabe.

Ladsous reconoció que los países miembros de la ONU han ofrecido hasta el momento tan sólo 150 observadores para integrar la Misión de Supervisión de Naciones Unidas en Siria (UNSMIS), la mitad de los que incluye el mandato aprobado por el Consejo de Seguridad, aunque el organismo espera llegar a los 300 a finales de mayo.

"Somos optimistas y nuestra intención es tener la misión completa de observadores a finales de mes", explicó el responsable de las operaciones de paz de la ONU, quien informó de que las autoridades sirias se han opuesto hasta el momento a entregar visados a tres de los observadores que su departamento quería enviar.

Ladsous evitó detallar las nacionalidades de esos observadores, pero fuentes diplomáticas explicaron hoy que el Gobierno sirio se niega a aceptar personal que provenga de países que integran el Grupo de Amigos de Siria, integrado por naciones occidentales y también árabes.

El secretario general indicó que espera la colaboración del gobierno sirio y que éste muestre mayores trabas al envío de observadores, aunque reconoció que, de incrementarse esa oposición, deberá recurrir al Consejo de Seguridad para que tome medidas al respecto.

Además, señaló que la UNSMIS también debe contar pronto con un componente civil de 35 personas, entre ellas expertos en derechos humanos.