Once personas resultaron muertas y otras veinte heridas tras un ataque a un convoy policial en la localidad de Jalingo, capital del estado de Taraba, en el noreste de Nigeria, informó ayer la Cruz Roja de Nigeria. "Podemos confirmar que 11 personas han perdido la vida. Diez de ellas murieron al instante, y otra en el Centro Médico Federal de Jalingo", dijo a la Agencia de Noticias de Nigeria el portavoz de Cruz Roja en Taraba, Umar Waziri.

El comisario de la Policía de Taraba, Maman Sule, supuesto objetivo del atentado, salió ileso del ataque. Según el portavoz policial Ibiang Mbasike, dos supuestos motoristas suicidas detonaron los explosivos que portaban cerca del convoy que transportaba al comisario de Policía. Un escolta del comisario fue alcanzado por la explosión, pero la fuente no supo precisar si se encuentra entre los fallecidos.

Algunas zonas del Ministerio de Finanzas -cuyo acceso suele usar el jefe de la Policía para entrar a la comisaría- quedaron dañadas por la explosión, que ocurrió en torno a las 08:45 hora local (07:45 hora GMT).

Por el momento, ningún grupo se ha responsabilizado del ataque, que se produjo un día después del atentado contra un grupo de universitarios cristianos en la ciudad septentrional nigeriana de Kano en el que murieron al menos 18 personas. La Unión Africana (UA) condenó los ataques contra iglesias cristianas. En un comunicado a los medios de comunicación, la UA quiso hacer llegar sus condolencias "a los gobiernos y los pueblos de Kenia y Nigeria, además de a los familiares de los fallecidos".