El presidente francés, Nicolas Sarkozy, candidato a su reelección, justificó hoy su rechazo al voto de los inmigrantes extracomunitarios en las elecciones municipales, en contra de lo manifestado en el pasado, ante "el aumento de las tensiones comunitarias", en concreto con los musulmanes.

"Las tensiones comunitarias son tales que es peligroso ahora dar el derecho de voto a los extranjeros", señaló en una entrevista concedida a la emisora de radio "RTL", antes de admitir que había cambiado de opinión sobre esa propuesta, que ahora le enfrenta a su rival en la segunda vuelta de las presidenciales del próximo domingo, el socialista François Hollande.

El jefe del Estado hizo hincapié en que el grueso de los inmigrantes extracomunitarios que viven en Francia son argelinos, marroquíes, malienses o de otras partes del Magreb y del Sahel donde "la religión es el Islam".

E insistió en que su acción como responsable político ha sido para que haya "un Islam de Francia y rechazar un Islam en Francia".

Sarkozy reiteró su voluntad de reducir las entradas de inmigrantes regulares a la mitad, de los 180.000 del último año a 90.000 porque "hemos acogido a demasiada gente para poder integrarlos bien".

"Hay que adaptar el flujo migratorio a la capacidad de integración", argumentó después de haber recordado que entre los extranjeros que hay en Francia la tasa de paro es del 24 %, el doble de la población general.

Sarkozy confirmó su abandono de la política si pierde los comicios presidenciales: "eso significará otra vida", es decir que "por definición no seré un personaje público".