Desde Tulle, en el centro del país, antes de viajar a París para celebrar su victoria, Hollande destacó que los franceses habían "elegido el cambio" y que, entre sus prioridades, figura impulsar una "reorientación de Europa hacia el empleo, el futuro y el crecimiento". "Mi misión es dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento, de empleo, de prosperidad, de futuro y es lo que diré lo más pronto posible a nuestros socios europeos y en primer lugar a Alemania", dijo.

El socialista François Hollande obtuvo el 51,13 % de los votos en los comicios presidenciales celebrados ayer en Francia y Nicolas Sarkozy un 48,87%, según datos oficiales del ministerio del Interior. Hollande obtenía con ese porcentaje 14,17 millones de votos, frente a los 13,14 millones de votos logrados por Sarkozy. Al cierre de esta edición, El País informaba en su edición digital que con el 90% escrutado, Hollande obtiene un 51,5% por el 48,5% de Sarkozy

El gobierno alemán fue uno de los primeros en comprometerse a mantener una "estrecha colaboración" con Hollande para atajar la crisis de la zona euro, desde la doble perspectiva del pacto fiscal y también del crecimiento económico. "Ambas partes están dispuestas a buscar un compromiso pragmático y viable para lograr el objetivo común de la estabilización del euro", afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, en declaraciones a la televisión pública ZDF.

También el presidente alemán, Joachim Gauck, felicitó a Hollande en un telegrama, en el que expresó su convicción de que Francia y Alemania profundizarán en la línea de la "extraordinaria cooperación bilateral" y afirmó que hacer frente "a los grandes desafíos de la UE" pasa por llevar adelante una política "solidaria y responsable".

Hollande ya anunció que si ganaba, viajaría a Berlín para plantear a la canciller Angela Merkel una reforma del tratado firmado a principios de marzo pasado que incluya medidas de reactivación económica como contrapeso al rigor presupuestario.

La victoria del político socialista francés supone un salto cualitativo por el peso que tiene este país en la configuración de las políticas de la Unión Europea (UE), a través del denominado eje franco-alemán.

El conservador Nicolas Sarkozy, al igual que otros once mandatarios europeos de distintos signos políticos, cayó en las urnas en un contexto de crisis económica y financiera en la eurozona y el resto de países de la UE. "Asumo toda la responsabilidad de esta derrota", dijo Sarkozy, quien deseó "buena suerte" a Hollande, ante cientos de simpatizantes reunidos en el centro de París.

"He hecho todo lo posible para hacer triunfar las ideas que nos unen", agregó Sarkozy, quien afirmó que "nunca" olvidará el honor de presidir el país, pero no desveló si continuará en la vida política. El gobierno belga felicitó "calurosamente" a Hollande por medio de su primer ministro, el socialista Elio Di Rupo, quien le ofreció su colaboración para trabajar a nivel europeo por el crecimiento y el empleo.

Di Rupo añadió que espera trabajar con Hollande y los demás líderes de la Unión Europea "en la concretización de un plan de crecimiento y creación de empleos".