El crecimiento, el empleo y la introducción de reformas en el pacto europeo de austeridad figuran entre los principales objetivos del presidente electo de Francia, el socialista François Hollande, quien ya ha recibido el mensaje de Alemania de que ese acuerdo fiscal no es renegociable.

Precisamente, una vez haya tomado posesión como jefe de Estado de Francia el próximo día 15, Hollande viajará a Alemania, donde la canciller federal, Angela Merkel, aseguró hoy que le recibirá "con los brazos abiertos", aunque insistió en que el pacto fiscal no es renegociable, como ningún otro tratado europeo tras unos comicios en un país "porque, de ser así, no se podría trabajar en la UE".

Merkel, quien tuvo en el presidente saliente de Francia, el conservador Nicolas Sarkozy, un gran aliado, subrayó que Alemania trabajará con Hollande "intensamente" en busca de una fórmula para "lograr a la vez una consolidación presupuestaria y un crecimiento sólido", ya que "lo uno no va sin lo otro".

Y es que ayer mismo, tras conocerse su victoria en las urnas por algo más del 51 % de los votos sobre Sarkozy, Hollande resaltó su intención de dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento y empleo y, horas después, destacó que su triunfo electoral supone "un cambio para Europa".

Hollande quiere plantear a Merkel una reforma del tratado europeo firmado a principios de marzo pasado que incluya medidas de reactivación económica, como contrapeso al rigor presupuestario.

Además de con Merkel, Hollande se reunirá próximamente con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para discutir una agenda basada en el crecimiento y el empleo.

Al respecto, el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, afirmó hoy que la campaña electoral de Hollande ha contribuido a que en la política europea se "haga mucho más énfasis en el crecimiento y el empleo".

Junto al crecimiento, el trabajo, el pacto europeo y las políticas sociales, Hollande durante la campaña electoral ya había anunciado su intención de adelantar a finales de este año la retirada de las tropas francesas de Afganistán, asunto del que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, prevé hablar hoy mismo con el próximo presidente francés.

A todos esos asuntos se añade la intensa agenda internacional que Hollande deberá cumplir en los próximos días, la cumbre del G8 en Camp David el 18 y el 19 de mayo y la de la OTAN en Chicago el 20 y el 21 y, durante ese desplazamiento a EEUU, se espera una reunión en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Barack Obama.

Ayer mismo, Obama telefoneó a Hollande para felicitarlo por su victoria en las elecciones presidenciales francesas.

A estos buenos deseos a Hollande se sumaron también personalidades como el presidente de Rusia, Vladímir Putin, investido hoy mismo como jefe de Estado, o el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda.

Asimismo, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, felicitó por teléfono a Hollande, a quien deseó suerte en su gestión y le expresó su deseo de que España y Francia mantengan su cooperación y el actual clima de confianza.

En Latinoamérica, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, envió su felicitación a Hollande, al igual que el jefe de Estado de Colombia, Juan Manuel Santos.