Corea del Sur recibió entre enero y marzo a 366 refugiados políticos o disidentes del régimen norcoreano, lo que supone una reducción de más de un tercio frente a los 566 que llegaron al país en el mismo período de 2011, informó el Ministerio de Unificación de Seúl.

Los refugiados de Corea del Norte llegados al Sur en los tres primeros meses de este año son 119 hombres y 247 mujeres, según los datos de Unificación, que se encarga de los asuntos entre las dos Coreas.

Conforme a varias ONG surcoreanas, la disminución del número de norcoreanos llegados a territorio sureño respondería en parte a una mayor represión contra los desertores y disidentes desde la llegada al poder de Kim Jong-un, que asumió el mando en Corea del Norte tras la muerte en diciembre del año pasado de su padre, Kim Jong-il.

Además, los grupos humanitarios apuntan a que en el último año se ha vuelto más caro para los norcoreanos cruzar la frontera hacia China, el paso habitual en la ruta de los refugiados hacia Corea del Sur.

Ambas Coreas se encuentran técnicamente en guerra desde que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 finalizara con un armisticio en lugar de un tratado de paz.

Seúl practica la política de acoger a todos los norcoreanos que llegan a su territorio y expresan su deseo de permanecer en el país por motivos humanitarios.

Aunque muchos de los fugitivos huyen por motivos políticos relacionados con la represión del sistema totalitario norcoreano, otra gran parte lo hace por cuestiones económicas, ya que el país sufre una constante carencia de alimentos que lo lleva a depender de la ayuda exterior.

Desde el fin de la Guerra de Corea hasta hoy, más de 23.500 refugiados de Corea del Norte han logrado instalarse en Corea del Sur, la mayoría de ellos después de los años 90, cuando el país comunista sufrió una severa crisis alimentaria.