Vladímir Putin recuperó ayer la jefatura del Estado en una solemne ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Kremlin, en esta tercera ocasión para un mandato de seis años. En presencia de los más altos cargos del Estado ruso, Putin juró el cargo con la mano puesta sobre la Constitución de la Federación de Rusia.

El presidente del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin, confirmó el juramento de Putin, tras lo cual sonó el himno de Rusia y se dispararon 30 salvas de artillería en honor del nuevo jefe del Estado ruso.

En su discurso de investidura, Putin subrayó que tras los doce años en los que ha sido presidente y primer ministro ruso, el país "cuenta con todo para avanzar hacia delante, un Estado efectivo y en desarrollo, una base social y económica sólida, una sociedad civil activa y responsable".

Coincidiendo con esta celebración, la policía detuvo a 120 opositores que trataron de organizar un piquete en el centro de Moscú durante la ceremonia, informó el Ministerio de Interior ruso.

Todos los detenidos, entre ellos el exprimer ministro ruso y opositor liberal Borís Nemtsov, "serán puestos en libertad después de una conversación aleccionadora" en las comisarías, según el portavoz de la policía moscovita.

Mientras, en su discurso, Putin aseveró que los ciudadanos vivirán en "una Rusia que el mundo respeta como a un socio fiable, abierto y predecible".