Los primeros supervivientes de la masacre de Utøya declararán hoy en el juicio al ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del pasado 22 de julio en Noruega, en los que murieron 77 personas.

Se trata de Tonje Brenna, secretaria general de las Juventudes Laboristas (AUF), que sobrevivió haciéndose la muerta en el hueco de una roca; y de Bjørn Magnus Jacobsen Ihler, que salvó a dos niños de 8 y 9 años escondiéndolos entre unos árboles en el agua.

El otro testigo que intervendrá hoy en el juicio en Oslo es Oddvar Hansen, que con su barco rescató a varios jóvenes que se habían lanzado al mar escapando de Breivik y que transportó a la isla a miembros de los cuerpos especiales de la Policía noruega.

Ninguno sufrió daños físicos y no forman parte de los 33 heridos considerados como afectados en la acusación, que testificarán a partir del lunes, pero han sido llamados a declarar para informar sobre lo que ocurrió en distintas partes de Utøya en el tiroteo.

Se espera que Brenna cuente al tribunal los gritos de júbilo y las carcajadas que supuestamente emitió Breivik, algo que han corroborado en los interrogatorios previos otros supervivientes, aunque el ultraderechista de 33 años lo niega.

"Recuerdo que se reía en tono alto y crudo después de cada disparo. Cuando escuchábamos que le disparaba a alguien que subía por la colina, se reía. Gritaba ''sí'' y ''hurra''", dijo Brenna en un documental emitido previamente por el canal noruego TV2.

Está previsto que Breivik se siente algo más alejado del lugar habitual para no estar tan cerca de los testigos y, según han declarado sus abogados, está dispuesto a abandonar la sala y escuchar los testimonios en otra dependencia de los juzgados por circuito interno de televisión si algún superviviente así lo desea.

Los testimonios llegarán en la segunda parte de la vista de hoy, que como las de toda la semana están centradas en la presentación de los informes de las autopsias de las 69 personas muertas en Utøya, casi todos asistentes al campamento de las AUF.

Horas antes de llegar a la isla, a 45 kilómetros al oeste de Oslo, Breivik había hecho explotar una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de la capital noruega, en un atentado en el que resultaron muertas 8 personas.

El ultraderechista pretendía castigar al Partido Laborista por su defensa del "multiculturalismo", que según él amenaza la existencia del pueblo noruego.