Grecia continúa sumida en la incertidumbre política, sin saber si tendrá gobierno o si deberá repetir las elecciones, después de que ayer fracasasen los intentos de los izquierdistas griegos para formar Ejecutivo.

La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), segunda fuerza política con 52 diputados y encargada de formar gobierno, se reunió con el resto de las formaciones políticas, pero la gran atomización del nuevo Parlamento salido de las urnas hace muy difícil la tarea de buscar alianzas.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, habló ayer con nacionalistas, socialdemócratas y conservadores, pero tampoco logró el apoyo para crear un gobierno opuesto al memorándum de austeridad patrocinado por Bruselas. "Los 52 diputados de Syriza, los 33 de Griegos Independientes y los 19 de Fotis Kuvelis (líder de Dimar) no nos permiten siquiera formar un gobierno de minoría contra el memorándum", explicó Panos Kammenos, líder del nacionalista Griegos Independientes tras su encuentro con Tsipras.

Más tarde, durante las negociaciones con el líder del Pasok, Evángelos Venizelos, éste planteó a Syriza la posibilidad de que entre en un pacto entre ND, Pasok y Dimar, que juntos suman 149 diputados, dos menos que la mayoría absoluta.

Pero ambos se niegan a apoyar a los partidos tradicionales (ND y Pasok) si estos no renuncian al memorándum, al que los griegos culpan del gran empeoramiento de sus condiciones de vida en los últimos años.

Venizelos planteó incluso la posibilidad de dar apoyo externo a un gobierno en minoría de Syriza, Dimar y los Griegos Independientes a condición de que mantengan al país en la moneda única, pero ni siquiera así se llega a los diputados necesarios para la mayoría absoluta.

Turno del Pasok

Tras la reunión, Venizelos anunció el fracaso de los contactos con Syriza y que hoy el presidente de la República, Karolos Papulias, le encargará a él, como líder de la tercera fuerza política más votada, la formación de gobierno.

Mientras, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, exigió a Grecia que cumpla el plan de ajuste acordado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y avisó a las fuerzas políticas helenas de que "la alternativa es mucho peor".

Por tanto, Barroso aseguró que Bruselas "no está dispuesta a renegociar los términos del rescate".