El Gobierno iraní ha condenado los atentados que causaron 55 muertos y cerca de 400 heridos ayer en Damasco y los atribuyó a grupos terroristas opuestos al régimen del presidente Bachar al Asad, su principal aliado árabe.

En declaraciones difundidas hoy por los medios locales, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, condenó "el recurso a estos actos de violencia y a tomar como objetivo a gente inocente".

"Eso es un indicativo del enfoque de los grupos terroristas que se oponen a la voluntad del pueblo sirio, que con su gran participación en las elecciones (del pasado lunes) manifestó su apoyo a las reformas del Gobierno", dijo.

Mehmanparast también condenó el atentado llevado a cabo el miércoles en la localidad de Dara, en el sur de Siria, contra un convoy de observadores de la ONU en el que resultaron heridos seis soldados sirios.

Aunque la autoría de los atentados se desconoce, el régimen de Damasco acusó a "grupos terroristas armados", apoyados por países extranjeros, fórmula con la que se refiere a la oposición armada.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal agrupación opositora en el exilio, negó cualquier implicación en los atentados y consideró que benefician a las autoridades de Damasco.

Desde el inició de los levantamientos de la "primavera árabe", que el régimen teocrático iraní ha denominado "despertar islámico", a finales de 2010 en Túnez, Teherán ha apoyado las revoluciones y protestas en ese país, en Egipto, Libia, Yemen, Jordania, Arabia Saudí y Baréin.

Sin embargo, la República Islámica de Irán, que reprimió de forma sangrienta las protestas por las denuncias de fraude en sus comicios presidenciales de 2009, respalda firmemente al régimen de Al Asad en Siria y considera que la oposición la forman "grupos terroristas" apoyados por potencias extranjeras, en especial EEUU y algunos árabes.