El ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del 22 de julio en Noruega en los que murieron 77 personas, padece varios trastornos neurológicos, pero no esquizofrenia, según sostuvo ayer el psiquiatra Ulrik Fredrik Malt en el juicio que se celebra en Oslo.

Malt, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Oslo, diagnóstico a Breivik dos síndromes: el de Asperger, que provoca problemas de relación, comunicación y expresión emocional, y el de Tourette, que se caracteriza por distintas clases de tics.

El extremista sufre además de narcisismo, dijo Malt, quien fue llamado a testificar por los abogados de las víctimas para hablar sobre los dos informes psiquiátricos encargados por el tribunal y que han llegado a conclusiones distintas: uno, que padece esquizofrenia paranoide; el otro, que tiene alteraciones disociales.

Tras estudiar los dos peritajes y observar a Breivik durante varias vistas en el tribunal, Malt cree que no se cumplen los criterios para que haya una esquizofrenia paranoide. Aunque los delirios de grandeza mostrados no permiten descartar un trastorno paranoide, este experto no lo considera probable, pese a lo cual admitió que hay "zonas grises" a la hora de diagnosticar al paciente y que habría sido deseable practicarle pruebas neurológicas y cognitivas.