Alrededor de una treintena de personas murieron ayer en una nueva jornada de violencia y represión gubernamental en diversas zonas de Siria, informaron grupos de oposición.

Según un comunicado del Observatorio sirio de Derechos Humanos, un total de 30 personas, en su mayoría civiles, perdieron la vida en bombardeos y otras acciones violentas ocurridas en las provincias de Deraa (sur), Homs (centro), Alepo (norte) y en los alrededores de Damasco.

Los activistas de los Comités de Coordinación Local elevaron esa cifra a 36 personas.

Una de las zonas más castigadas fue la provincia de Homs, donde diez personas, entre ellas una niña, perecieron en los bombardeos lanzados sobre la localidad de Al Gagar y barrios de la propia ciudad de Homs, detalló el Observatorio.

En la localidad de Basry al Sham, ubicada en Deraa, ocho civiles más perdieron la vida por el estallido de un artefacto explosivo frente a una mezquita, agregó.

En la ciudad de Alepo, la segunda en importancia del país, al menos cuatro civiles murieron a causa de los disparos de las fuerzas de seguridad sirias contra grupos de manifestantes en dos de sus barrios.

En la misma provincia de Alepo, tropas y unidades rebeldes se enfrentaron a tiros en la localidad de Adnan.

Además, el Ejército sirio prosiguió con sus bombardeos sobre las localidades de Deir al Zur (este) y Rastan (centro), indicaron fuentes del Ejército Libre Sirio (ELS), que señalaron que estas zonas están bajo el control de los rebeldes.

. El jefe de la misión de observadores de la ONU en Siria, general Robert Mood, mostró su frustración por la escalada de violencia en el país, que está limitando su labor de supervisión en el terreno.

Abusos a civiles

La organización Human Rights Watch (HRW) denunció ayer las violaciones sexuales que han sufrido hombres, mujeres y menores de edad detenidos por las fuerzas del régimen sirio.

En un informe difundió entrevistas a varias decenas de antiguos detenidos y testigos que describieron algunos de los abusos cometidos como la violación sexual, la penetración con objetos o la aplicación de electricidad en zonas genitales.

Muchos de los detenidos confesaron haber sido encarcelados por su activismo y su participación en las protestas.

Según los testimonios recogidos, tanto las fuerzas de seguridad sirias como el Ejército o las milicias pro gubernamentales, conocidas como "shabiha", han cometido ese tipo de delitos en los centros de detención.