El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, defendió ayer la necesidad de que su país continúe con el mismo rumbo en las reformas económicas y de ajustes llevados a cabo por su Gobierno en el balance sobre el primer año de su mandato. "Los resultados alcanzados después de un año muestran que el camino que trazamos se está asentando con determinación y que los objetivos se están alcanzando", aseguró en un discurso en el Palacio de Ajuda de Lisboa.

El primer ministro conservador insistió en que seguirá con su programa de privatizaciones y garantizará la aplicación de la reforma laboral, además de proponer otras como la de la justicia, de la administración local y del Estado.

Al mismo tiempo, reconoció las dificultades a las que hace frente Portugal, como la caída en los ingresos fiscales del Estado y el "preocupante" aumento del desempleo, que supera el 15 por ciento por primera vez en la historia democrática del país.

Pero fue contundente al remarcar que la salida a la crisis sigue siendo la misma para su Gobierno, ya que en su opinión "no hay forma de vencer una crisis" sin "problemas sociales o políticas restrictivas".

"Nuestro camino para el éxito no puede ser otro", afirmó.