La escasa participación marcó ayer los comicios legislativos para renovar los 150 escaños de la Asamblea Nacional de Senegal, que se disputan 7.200 aspirantes de 24 coaliciones y partidos políticos.

La jornada electoral se caracterizó por una tímida afluencia de votantes, tanto en Dakar como en el interior del país, en contraste con las largas colas que se formaron en los colegios durante las presidenciales de hace tres meses.

Tres semanas de campaña electoral sin lustre revelaron la falta de entusiasmo de los electores y el escaso gancho de las formaciones políticas, que no lograron movilizar grandes multitudes en sus mítines de Dakar y el resto del país. Los senegaleses suelen restar importancia a los comicios legislativos, pues consideran que las presidenciales ya designan a la persona que controla las riendas del país. El presidente Macky Sall, que votó en Fatick, ciudad situada a 150 kilómetros al sur de Dakar, lanzó un llamamiento a sus conciudadanos para que salieran a votar masivamente.

En declaraciones a la prensa, Sall alabó la ausencia de incidentes en la jornada electoral, como una "prueba de la madurez del pueblo senegalés".

En una primera valoración de la jornada electoral, el ministro del Interior, Mbaye Ndiaye, lamentó la escasa participación registrada e instó a la población a acudir a los colegios electorales.

Ndiaye insistió en la importancia de la elección de la asamblea legislativa en un sistema democrático.

Algunos problemas de administración provocaron retrasos de más de media hora en algunos centros, tanto en la capital, Dakar, como en localidades del interior del país, según informaron las emisoras de radio locales.

La coalición gobernante, Benno Bokk Yaakaar (BBY, que significa "Juntos en la misma esperanza" en lengua wolof), liderada por el ex primer ministro Moustapha Niasse, confía en ganar la mayoría de asientos en el Parlamento.

Entre los principales adversarios de BBY figura el exgobernante Partido Democrático Senegalés (PDS), debilitado tras el abandonado de una facción decepcionada por la voluntad del expresidente Abdoulaye Wade -que gobernó el país durante 12 años- de mantenerse como máximo líder del partido.