Un Chipre dividido y que ha solicitado ayuda económica a sus socios de la zona del euro asumió ayer la presidencia semestral de la UE en uno de los momentos más difíciles del proyecto comunitario debido a la crisis de la deuda.

La isla mediterránea de Chipre, la frontera más oriental de la UE, se convirtió la pasada semana en el quinto país de la zona del euro en solicitar ayuda financiera a sus socios, con el fin de sanear su sector bancario, debilitado por su gran exposición a la crisis en Grecia. A pesar de las dificultades, las autoridades confían en desempeñar con éxito la tarea.

"Con un gran sentido de responsabilidad y con modestia asumimos el timón de la UE", declaró ayer el viceministro para la presidencia europea de Chipre, Andreas Mavroyiannis.

La presidencia chipriota tiene como prioridades fomentar políticas de crecimiento, basadas en la cohesión social y la solidaridad en Europa como respuesta a la crisis.

En la misma línea, el portavoz del Gobierno chipriota, Stefanos Stefanou, explicó ayer que "no es casual que hayamos elegido como mensaje principal de nuestra presidencia el lema Hacia una Europa mejor". También recalcó que en un entorno de crisis, Chipre ha querido destacar las "cuestiones de cohesión social para el crecimiento, que son parte de la política de la UE para enfrentar la crisis económica".

Objetivos

Otros asuntos prioritarios durante la presidencia serán avanzar en las próximas cuentas plurianuales de la Unión para 2014-2020, donde existen "desacuerdos y diferentes enfoques" entre los socios, recordó.

Stefanou también indicó que para Chipre tendrán prioridad la política agrícola comunitaria y la creación de un sistema de asilo común de la UE, un proyecto estancado en los últimos años. El portavoz chipriota insistió en que sus país actuará como "un honesto intermediador para que sea posible lograr convergencias y compromisos" dentro de la Unión.

Durante la ceremonia del izado de la bandera chipriota y comunitaria en Nicosia, la única capital dividida que subsiste en Europa, el alcalde de la ciudad, Constantinos Yiorkatzis, avisó ayer sobre los desafíos de la actual crisis de la deuda en Europa. "Chipre asume la presidencia en medio de la peor crisis económica tras la Segunda Guerra mundial", recordó Yiorkatzis, para agregar que "si no se afronta de forma eficaz puede transformarse en una crisis política y social".