El regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder en México tras las elecciones del domingo será consecuencia más de errores ajenos que de aciertos propios, dijeron hoy varios analistas, que no ven en esta formación política signos claros de renovación.

"La decepción con el Partido Acción Nacional (PAN, en el poder) y los errores del Partido de la Revolución Democrática (PRD, el mayor partido de izquierda en México) le favorecieron las cosas al PRI", que gobernó de 1929 a 2000 de forma ininterrumpida, dijo osé Antonio Crespo, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

El experto considera que el "principal responsable" del eventual retorno del PRI es sin duda el PAN y sus dos gobiernos (2000-2006, con Vicente Fox; y 2006-2012 con Felipe Calderón), "que no hicieron nada de lo que prometieron durante sesenta años".

El PAN falló "con sus promesas históricas", especialmente las de luchar contra la corrupción y la impunidad, lo que generó "una gran decepción, un fiasco" que llevó a un 70 % de los mexicanos a no mantenerlo en el poder, según Crespo.

En el caso de la izquierda, el analista político culpa a esos partidos de no ofrecer un verdadero proyecto de futuro y renovación.

Además, señala como un factor fundamental más la elección de Andrés Manuel López Obrador como su candidato presidencial en detrimento del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, con una línea más moderada.

El PRD "se equivocó con el candidato", sostiene Crespo, al haber optado por quien "enajenó a una buena parte del electorado independiente" en 2006 al no aceptar los resultados.

Según el analista, Ebrard contaba con "una imagen de mayor civilidad, de institucionalidad", pero fue desbancado mediante una consulta interna con la que el partido siguió "la tradición de que su caudillo en turno sea el candidato" pensando que "él tiene la fuerza suficiente para imponerse".

Con el reparto de culpas a izquierda y derecha coincide Juan Pardiñas, analista y director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una reconocida institución dedicada a asuntos políticos y de administración pública.

En relación con López Obrador señala que "no supo entender la ambición de modernidad de la sociedad mexicana" pese a su giro positivo entre las campañas de 2006 y 2012.

"Desgraciadamente esa transición y evolución no se acompañó de un desplazamiento al centro ideológico", agrega Pardiñas en una entrevista con Efe.

Quizá López Obrador debería haber enviado "un mensaje de que quiere ser el ''Lula mexicano'' y combatir la pobreza", señala en referencia al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

Pardiñas cita como otro responsable en el PAN al expresidente Fox, por considerarle incapaz de aprovechar "una oportunidad histórica" para diferenciarse del PRI en su mandato, el de los primeros seis años de la alternancia, "un momento político crucial, que cambió muchas cosas en México pero no tantas como esperábamos".

El PAN de Fox y Calderón, que llegó al poder "con una visión liberal, civil, anticorrupta", a juicio del experto, desgraciadamente lo dejará con otra con la que traicionó esos principios, añade Pardiñas.

El historiador Enrique Krauze dijo a la cadena Televisa que no celebra "el regreso del PRI", un partido en el que sigue viendo viejos vicios del pasado.

Por ello, pidió a los mexicanos ejercer una vigilancia crítica, "las veinticuatro horas del día, los 365 días del año durante los próximos seis años" para evitar un alejamiento del rumbo democrático.

El sociólogo Roger Bartra, sin embargo, destacó como una "buena noticia" la futura composición del Congreso, donde el PRI deberá aliarse con otras formaciones si desea que se aprueben las reformas estructurales clave como la fiscal, la laboral y una energética más profunda.

Bartra estimó que la gran incógnita que se abre para los partidos de izquierda será saber si pueden "hacer una oposición de altura", que ayude a desbloquear en el Legislativo las reformas que requiere México.