Considerado el artífice de numerosas operaciones de castigo durante la rebelión, la muerte hoy del ministro sirio de Defensa, el general Daud Rayiha, supone la desaparición de una de las figuras más temidas del régimen.

Rayiha pensaba que las protestas, que estallaron a mediados de marzo de 2011, formaban parte de una gran conspiración contra Siria, de la que acusó en varias ocasiones a los países occidentales.

Su clara aversión al levantamiento le convirtieron en blanco de los rebeldes, que lograron acabar con su vida en un atentado hoy contra la sede de la Seguridad Nacional en Damasco.

Nacido en 1947, consideraba la revuelta contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, una guerra verdadera que tenía como objetivo atentar contra la soberanía del país.

El general, que ocupaba también el puesto de viceprimer ministro, fue designado el 8 de agosto de 2011, cinco meses después del estallido de la rebelión, titular de Defensa en el Gobierno del entonces primer ministro, Adel Safar.

Durante su estancia al frente del Ministerio, el Ejército lanzó sangrientas operaciones para doblegar a la oposición y sofocar las protestas en varias ciudades del país.

Estas acciones de represión llevaron a que su nombre, junto al de otros ministros sirios, integrara la lista de personalidades del régimen sometidas a sanciones estadounidenses, así como de la Unión Europea y la Liga Arabe.

En medio de sus maniobras para mantener al régimen en el poder, los medios de comunicación especularon con alguna visita secreta a Moscú, cuyo Gobierno es el principal aliado de Damasco, con el objetivo de suscribir nuevos contratos de armas y ampliar otros antiguos.

Rayiha nació en Damasco, en el seno de una familia cristiana procedente de la localidad de Arbin, situada en la periferia de la capital.

Esta zona se ha convertido en uno de los feudos de la oposición a Al Asad y en los 16 meses de rebelión ha sido frecuentemente castigada por la represión de las fuerzas gubernamentales.

El hoy fallecido se licenció en la Academia de Guerra el año 1968 en la especialidad Artillería de Campo, y participó en diferentes cursos de capacitación militar, incluido uno de Comando y de Estado Mayor.

Durante su dilatada carrera en el ejército ascendió con rapidez en los rangos castrenses hasta llegar al de general en 1998 y al de general de brigada en 2005.

También fue director y presidente de varios departamentos y órganos de las Fuerzas Armadas sirias, y en el año 2004 fue designado vicepresidente del Estado Mayor, puesto que ocupó hasta su nombramiento como titular de Defensa hace menos de un año.

Además de ser recordado como el azote cruel de los opositores, Rayiha ya hizo historia al ser el primer cristiano en dirigir el Ministerio de Defensa desde la llegada al poder del gobernante partido Al Baaz, de Al Asad.

La minoría cristiana, que representa aproximadamente un 10 por ciento de la población siria, se ha mantenido relativamente al margen de la revolución y cercana al régimen de Damasco.

El presidente se presenta como el baluarte de la estabilidad frente al caos y de la protección de las minorías frente a la mayoría suní, al pertenecer él mismo a otra confesión, la alauí.

Pese a los intentos de Al Asad y de Riyiha hasta su muerte de mantener el actual régimen, el atentado de hoy cometido por los rebeldes sirios contra la cúpula de la Defensa pone en duda su resistencia.

La explosión causó también la muerte al viceministro de Defensa, Asef Shaukat, y al asistente del presidente Hasan Turkmani, en el mayor golpe contra el régimen desde el inicio de la revuelta.