La policía de Grecia ha detenido a más de 6.000 inmigrantes indocumentados desde el pasado fin de semana en el marco de una gran operación contra la inmigración clandestina, y deportará a unos 1.500 de estas personas.

El operativo comenzó a inicios de agosto con el despliegue de 2.500 efectivos policiales en la prefectura de Evros, fronteriza con Turquía y principal punto de entrada de los inmigrantes indocumentados a la Unión Europea (UE), y con la actuación de unos 2.000 agentes en el centro de Atenas.

De acuerdo a los datos suministrados ayer por el Ministerio de Orden Público, por el momento 6.170 inmigrantes han sido detenidos en el centro de Atenas y llevados a dependencias policiales. Contra 1.525 de estas personas se han formulado cargos de entrada ilegal en el país, por lo que serán deportados, mientras que los restantes han sido puestos en libertad.

Estas cifras se refieren a los tres días de redada que van del sábado al lunes, ya que ayer continuaban las operaciones y aun no se han computado los datos.

Además de controles aleatorios en las calles del centro de Atenas, se han llevado a cabo numerosos registros de domicilios, a los que se han unido, entre ayer y hoy, los registros en burdeles.

En total, diez de estos locales han sido registrados en los que se ha detenido a 21 personas por violación de normas sanitarias o sobre las leyes que rigen la prostitución en Grecia. Igualmente se obligó a las prostitutas a someterse a controles de sida y cinco de ellas dieron positivo.

Las operaciones se extenderán a otras localidades del país.