Las autoridades paquistaníes confirmaron ayer que la niña cristiana encarcelada por blasfemia contra el islam es discapacitada, lo cual favorece su liberación pero no la exime del riesgo de represalias a manos de integristas.

El director de la Liga Interconfesional de Pakistán (APIL), Sajid Ishaq, declaró ayer a Efe que un informe médico oficial constata que la niña es menor de 14 años -algo puesto en duda por sus acusadores y por algunos policías- y que sufre un retraso mental.

Ishaq añadió que ayer estaba prevista una audiencia del caso en el Alto Tribunal de Islamabad, pero ha sido pospuesta al jueves "por razones de seguridad", aunque el dictamen médico oficial ha sido remitido al tribunal para que sea validado por expertos judiciales.

El caso de Rimsha Masih, que fue acusada de quemar material sagrado por sus vecinos del depauperado suburbio de Mehrabadi, en Islamabad, volvió a poner de actualidad los abusos cometidos a causa de la polémica regulación de la blasfemia vigente en Pakistán.

El caso de la niña ha provocado reacciones de condena de sectores de la sociedad civil paquistaní como en el exterior, donde portavoces oficiales de Francia o EEUU y organizaciones de derechos humanos han criticado la detención.

Desde el principio, la familia de Rimsha alegó que sufría algún tipo de discapacidad psíquica, pero no hubo ninguna confirmación oficial, y además se levantaron dudas sobre la edad de la niña; algunos policías llegaron a sugerir que tenía hasta 16 años.

La confusión creció alimentada por el hecho de que en Pakistán es habitual entre las clases humildes desconocer la edad propia o la de los familiares, de manera que la niña -ahora oficialmente "menor de 14 años"- fue encarcelada en una prisión para adultos.

Encarcelada

La niña se encuentra en la cárcel de Adiala, en Rawalpindi, una ciudad vecina a Islamabad.

En esa misma prisión cumple su condena Mumtaz Qadri, un policía integrista que hace año y medio asesinó ante decenas de personas a un destacado político liberal paquistaní, Salman Tasir, por criticar las leyes contra la blasfemia.

Fuentes policiales citadas por el rotativo desvelan que los agentes que detuvieron a Rimsha y realizaron la denuncia lo hicieron coaccionados por una turba de exaltados que rodearon la comisaría de Islamabad en la que estaba detenida la niña.