El primer ministro griego, el conservador Andonis Samarás, advirtió ayer del riesgo de que su país tenga que abandonar el euro si no cumple con el recorte de 11.600 millones de euros exigido por la "troika" y que el gobierno heleno negocia desde hace mes y medio.

Por primera vez desde la formación de su gobierno de coalición, Samarás defendio ayer ante el comité político de su partido, Nueva Democracia (ND), la necesidad de aprobar un paquete de dolorosas medidas de ahorro por 11.600 millones de euros.

"Estas medidas de recorte son parte del plan de rescate a Grecia", explicó el jefe del Gobierno a los altos cargos de su partido.

"De no cumplirlas perderíamos completamente nuestra credibilidad y el país sería pronto obligado a abandonar la eurozona", alertó.

Eso sí, prometió que los nuevos recortes, algunos de los cuales son "difíciles, pero inevitables", serán los últimos.

Según Samarás, su gobierno ha conseguido "restablecer la credibilidad del país en el extranjero", algo que considera "primordial" para poder negociar con sus socios la salida del país de la crisis.

Pero los partidos de la coalición del gobierno no han logrado hasta ahora superar las diferencias sobre los detalles del citado paquete de ahorro, que la "troika" exige como condición para que Atenas continúe recibiendo ayuda financiera externa.

Samarás afronta serias resistencias de algunos de sus correligionarios de Nueva Democracia, ante lo impopular y doloroso que resulta el plan de austeridad.

Las negociaciones para ultimar el paquete para los próximos dos años (aunque Grecia quiere ampliar ese período a cuatro) comenzaron hace mes y medio, y se espera que estén concluidas para ser presentadas a los jefes de la "troika" que llegarán a Atenas la próxima semana.

Sin embargo, una nueva reunión entre los responsables de economía de los tres partidos gobernantes concluyó ayer, una vez más, sin resultados.

Medidas más severas

El diario griego Kathimerini asegura ayer, en base a fuentes anónimas, que los recortes propuestos serán más severos de lo esperado, y que solo con los de las pensiones el gobierno espera ahorrar 4.500 millones de euros.

Otros 1.400 millones de euros se conseguirían reduciendo los gastos de sanidad, mientras que a los presupuestos de defensa y a los subsidios a autoridades se les quitarían 500 millones de euros y 750 millones de euros, respectivamente.

El ministro griego de Finanzas, Yannis Sturnaras, viajará la próxima semana a Berlín para reunirse con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, antes de recibir en Atenas a los jefes de la "troika", a quienes debe presentar un nuevo paquete de ahorro por 11.600 millones de euros.

El ministerio heleno de Finanzas confirmó ayer que Sturnarás tiene previsto viajar a Berlín el próximo martes, 4 de septiembre, y reunirse el domingo siguiente, 9 de septiembre, en Atenas, con los jefes de la troika integrada por expertos de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por otro lado, la agencia Amna aseguró ayer que los responsables de la troika llegarían a la capital helena dos días antes, el viernes 7 de septiembre, un dato que no ha sido aún confirmado por fuentes oficiales.

Se espera que en estas citas Sturnarás pueda presentar el nuevo paquete de medidas de ahorro, por 11.600 millones de euros en los próximos dos años, exigido por la troika para que Atenas continúe recibiendo ayuda financiera externa, para lo cual los partidos que apoyan al Gobierno del conservador Andonis Samarás deben aún superar sus divergencias.

Una reunión del ministro con los responsables de economía del partido socialdemócrata Pasok, Evangelos Venizelos, y del partido de izquierda moderada Dimar, Fotis Kuvelis, celebrada anoche en Atenas, terminó tras cuatro horas de debates sin resultados, ha informado hoy Amna.

Por otro lado, se espera que en su encuentro con Schäuble, Sturnaras trate sobre la solicitud de Grecia de obtener más tiempo para implementar el nuevo recorte, un pedido rechazado hasta ahora por Alemania.

Samarás aseguró que su país no pide más dinero, pero sí una prórroga de unos dos años para llevar a cabo las dolorosas medidas de ahorro hasta 2016.

Schäuble, en una entrevista al dominical berlinés Tagesspiegel am Sonntag del pasado día 26, alertó de que "más tiempo significa generalmente más dinero".