Etiopía enterró ayer a su primer ministro, Meles Zenawi, con un funeral de Estado, el primero en 80 años, que culminó con el traslado de su cuerpo a la cripta de la iglesia de la Santa Trinidad en Adís Abeba.

"Etiopía ha mostrado el respeto que profesaba a su gobernante con una ceremonia espléndida", afirmó Addissu Legesse, exdiputado y compañero político de Meles, retirado de la vida pública en 2010.

"A Meles no le habría gustado este tipo tributos y grandes pancartas para él; era una persona desinteresada", dijo su viuda, Azeb Mesfin, al final de la procesión, momentos antes de la ceremonia religiosa oficiada por los líderes de la Iglesia Ortodoxa etíope en la iglesia de la Santa Trinidad.

El funeral de Estado en honor Meles Zenawi comenzó por la mañana en la capital Adís Abeba con una misa en el Palacio presidencial, poniendo fin a una semana de luto en la que los ciudadanos han velado cada noche al líder etíope.

Tras el servicio religioso, los restos mortales de Meles fueron trasladados a la mayor plaza de la ciudad.