El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) instó ayer a un traspaso pacífico del poder en Siria y a la protección de los civiles, al tiempo que advirtió a Irán de que cese sus injerencias en los asuntos internos de sus países miembros.

En un comunicado difundido tras una reunión en la ciudad saudí de Yeda, el CCG señaló que este traspaso de poder debe mantener "la seguridad, estabilidad y unidad (de Siria) y responder a la voluntad del pueblo".

Este grupo -integrado por Arabia Saudí, Catar, Baréin, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Omán- condenó, asimismo, la continuación de "los asesinatos y las masacres contra el pueblo sirio".

En este sentido, los miembros del CCG denunciaron el uso por parte del régimen sirio de Bachar al Asad de todo tipo de armamento pesado, incluido aviones y tanques.

Por ello, pidieron a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad y tome medidas eficaces para proteger a los civiles sirios, poner fin al derramamiento de sangre y suministrar ayuda urgente.

El CCG también se dirigió al nuevo mediador internacional para Siria, el argelino Lajdar Brahimi, al que instó a "poner en marcha una estrategia nueva para lograr un traspaso pacífico del poder" en el país árabe.

Los países del Golfo han dado su apoyo a la oposición siria desde el inicio del conflicto, en especial Arabia Saudí y Catar, a quienes Damasco acusa de armar a los rebeldes.

Uno de los principales aliados del régimen sirio es Irán, que mantiene unas relaciones muy tensas con los miembros del CCG, agravadas con los levantamientos populares de la denominada "Primavera Árabe".

La nota del CCG condenó la injerencia de Irán en los asuntos internos de los países del Golfo, como la "ocupación" de tres islas en disputa con Emiratos Árabes Unidos.

El organismo regional expresó, asimismo, su "gran preocupación" ante el programa nuclear iraní, aunque reclamó el derecho de los países de la zona al uso de esta energía con fines civiles.