Un conductor de "rickshaw" -el típico motocarro usado como taxi en el sur de Asia-, intentó suicidarse hoy en Pakistán tomando ácido, desesperado por el imparable aumento de precio de los carburantes, según informó la Policía.

Mushtaq Ahmed, de 55 años, casado y con tres hijos, bebió una apreciable cantidad de líquido corrosivo, impotente ante el enésimo aumento del precio de la gasolina y la imposibilidad de mantener a su familia en la ciudad de Faisalabad, en el centro de Pakistán.

"Es pobre y estaba desesperado, así que intentó quitarse la vida", dijo un responsable local de Policía, Sayyad Alí, que relató que el aviso del suceso llegó desde el hospital al que fue trasladado el desafortunado conductor de "rickshaw".

Medios locales afirmaron que el taxista se halla en estado grave pero no se teme por su vida.

El pasado fin de semana volvieron a aumentar los precios de los carburantes en Pakistán, y la gasolina subió un 8%, hasta situarse en las 104 rupias (87 céntimos de euro) por litro, con un aumento acumulado de 20 rupias en el último mes.

La progresiva eliminación de los subsidios estatales en sectores clave, como el del combustible, es fruto de la paupérrima situación financiera de Pakistán y está arrastrando a las clases populares del país a situaciones de absoluta desesperación.

En un país en que muchos salarios apenas llegan al equivalente a unas decenas de euros, un precio casi un euro por litro de gasolina convierte el carburante en un artículo casi de lujo para las economías más humildes.