Los democristianos lusos, que garantizan la mayoría absoluta del Gobierno conservador de Portugal, mostraron ayer su desacuerdo con las últimas medidas de austeridad, que fueron rechazadas el pasado sábado en decenas de manifestaciones por todo el país.

Paulo Portas, líder del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), la pequeña formación que permite al primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, dominar el Parlamento, reveló ayer que no está de acuerdo con los nuevos ajustes anunciados por el Ejecutivo la semana pasada y espera que sean revisados.

Aunque subrayó la voluntad de los democristianos de no causar una crisis política y dialogar sobre el programa de Gobierno con el Partido Social Demócrata (PSD) de Passos Coelho, el anuncio de Portas deja aún más solo al primer ministro ante la contestación que han levantado sus últimas decisiones.

El dirigente del CDS-PP, que según Passos Coelho sí respaldó las últimas medidas de austeridad, explicó ayer en rueda de prensa que en realidad "alertó" y "defendió otros caminos" en relación con la medida más polémica, un fuerte aumento del pago a la seguridad social de los trabajadores para reducir el de las empresas.

Portas aseguró que no "bloqueó" la decisión para evitar una crisis de Gobierno o de las negociaciones con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las exigencias del rescate financiero luso. Pero se mostró muy comprensivo con las manifestaciones que el sábado recorrieron decenas de ciudades portuguesas para protestar por la austeridad impuesta por Passos Coelho.

La plana mayor del CDS-PP se reunió en las ultimas horas y, según lo señalado por Portas y por otros dirigentes y portavoces, tomó la decisión de pedir al Ejecutivo una revisión de sus últimas medidas.

Apoyo crucial

Ese paquete de austeridad, que han rechazado también todas las fuerzas políticas de la oposición, los sindicatos, la patronal y hasta destacadas figuras del partido del primer ministro, no podría ser aprobado en el Parlamento sin el apoyo de los democristianos.

Las discrepancias mostradas por el CDS-PP son las primeras que afloran en la coalición que llegó al poder en las elecciones anticipadas de mayo del año pasado, las cuales perdió el entonces gobernante Partido Socialista (PS) unas semanas después de verse obligado a pedir el rescate financiero.