La coalición de Gobierno de Grecia acordó ayer un nuevo plan de recortes por valor de 11.500 millones de euros, pero con la exigencia de disponer de dos años más de tiempo para cumplir con los ajustes. "Nos pusimos de acuerdo sobre los ejes básicos de las medidas, pero es muy importante empezar inmediatamente la negociación para la ampliación de su periodo de aplicación hasta 2016", explicó Evangelos Venizelos, del partido socialdemócrata Pasok, uno de los socios de la coalición.

Las nuevas medidas suman 13.500 millones de euros, de los que 11.500 millones serán recortes presupuestarios y otros 2.000 millones se ingresarán mediante una reforma fiscal y la lucha contra la evasión de impuestos.

El Gobierno aún no ha concretado las medidas, pero la prensa local habla del retraso de la jubilación hasta los 67 años, de la reducción de pensiones y salarios entre los empleados públicos, un aumento de impuestos a profesionales autónomos y despidos de funcionarios, aunque menores a los exigidos por la troika.

"Nuestros socios europeos deben comprender que Grecia ha hecho esfuerzos increíbles y que el único peligro para que no consiga pagar sus deudas es continuar la situación actual. La frase "Apoyamos a Grecia a condición que cumpla con sus obligaciones" es una bomba contra la eurozona", dijo Venizelos.

De hecho, Fotis Kuvelis, líder de Dimar, también en el Gobierno, explicó que su partido pretende incluir en el plan de ahorro una cláusula para reducir los recortes si las nuevas medidas para incrementar los ingresos impositivos superan la recaudación prevista.

Entre tanto, el líder de la oposición griega, Alexis Tsipras, presidente del partido de izquierda radical Syriza, pidió ayer en Bruselas un acuerdo para la condonación de la deuda en su país, al estilo del llevado a cabo en Londres en 1953 para la endeudada Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.