El jefe del Ejecutivo británico, David Cameron, confirmó ayer que la próxima semana anunciará junto al ministro principal escocés, Alex Salmond, las condiciones del histórico referéndum de independencia de Escocia, que se celebrará antes de finales de 2014.

En un discurso pronunciado en el congreso anual del Partido Conservador en Birmingham (centro de Inglaterra), Cameron apostó por un Reino Unido sin fisuras y por luchar para frenar los deseos independentistas del nacionalista Salmond.

El anuncio se produjo después de que la viceministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, y el ministro británico para la región autónoma, Michael Moore, hicieran "progresos sustanciales" acerca de la fecha y formato del polémico plebiscito, que según la BBC se conocerá este lunes, día 15.

Contrario a una Escocia independiente, Cameron aseguró ayer a sus correligionarios que no permitirá que el líder del SNP (Partido Nacionalista Escocés) "rompa" el Reino Unido, del que esa región forma parte desde 1707 a través del Acta de Unión.

La posición de Londres choca con la defendida por Salmond, que quiere celebrar una consulta popular sobre la independencia de Escocia en otoño de 2014, cuando se cumplirán 700 años de la Batalla de Bannockburn, una importante victoria escocesa frente a Inglaterra.

Concesiones

Como adelantó la cadena británica BBC, Westminster y Holyrood han tenido que "hacer concesiones" para lograr un acuerdo que limitará el referéndum a una sola pregunta y reducirá la edad de voto de los participantes a los 16 años.

Entre los puntos conflictivos en los que ambos Gobiernos han tenido que ceder, el SNP habría aceptado renunciar a la opción de una segunda pregunta en el referendo, con la que se pretendía plantear la posibilidad de que Escocia permaneciera en el Reino Unido, pero asumiendo mayores competencias desde Edimburgo.

A la vez, el Ejecutivo de Cameron habría accedido a ampliar la edad de voto a partir los 16 años de edad, una decisión que "no afectará a las votaciones en otras elecciones parlamentarias".

El "premier" británico, partidario de que el eventual plebiscito se celebre el próximo año bajo el argumento de que así se evitaría una incertidumbre dañina para la economía escocesa, confirmó ayer su intención de "resolver ese referéndum sobre independencia antes del final de 2014".