Pakistán ha desarrollado armas nucleares tácticas para afrontar su creciente desventaja frente a la India, cuya pujanza económica y su agresiva estrategia de defensa amenazan con romper definitivamente el precario equilibrio regional.

En abril de 2011 Pakistán probó por primera vez el Nasr, un misil de apenas 60 kilómetros de alcance y capaz de contener una pequeña carga nuclear, lo cual ha obligado a replantear las estrategias militares entre las dos potencias atómicas del sur de Asia.

El acceso al arma nuclear equilibró para Pakistán el mayor tamaño del Ejército indio y su mayor poderío en armamento convencional, pero el reciente auge económico de la India y el replanteamiento que hizo en 2004 de su defensa rompieron el ''statu quo''.

Aunque en relación a sus respectivos PIB el gasto militar es similar -alrededor del 2,7%-, en términos absolutos la inversión india casi multiplica por ocho la de Pakistán.

Según datos del instituto sueco de estudios de paz SIPRI, en 2011, el presupuesto de Defensa indio fue de más de 44.000 millones de dólares frente a los 5.700 millones de su vecino.

"Pakistán no podía competir económicamente con el actual crecimiento militar indio en cuanto a armas convencionales, por lo que optó por el aspecto nuclear para mantener el equilibrio", dice el analista paquistaní de defensa Zafar Jaspal.

Según explica Jaspal en un artículo publicado a principios de año, unas maniobras del Ejército paquistaní realizadas a mediados de 2010 bajo el nombre de ''Nueva Resolución'' expusieron al alto mando las limitaciones militares de las fuerzas armadas paquistaníes.

El Nasr, presentado en abril de 2011 y probado de nuevo un año después, tiene corto alcance y es apto para lanzaderas móviles, lo cual lo inscribe bajo el paraguas de las denominadas armas tácticas.

"Un arma nuclear táctica se define por su precisión en el corto alcance y también por su capacidad de carga nuclear, que suele ser inferior al kilotón (la bomba de Hiroshima tenía 13 kilotones)", dice la analista paquistaní del centro de análisis y pensamiento SASSI, María Sultán.

Una de las principales razones del desarrollo de un arma nuclear de corto alcance hay que buscarla, según diversos analistas, en la necesidad de contrarrestar la llamada doctrina de defensa india denominada ''Cold Start'' (Arranque en frío), establecida en 2004.

Aunque no asumida oficialmente por el Gobierno indio, esa doctrina ha sido admitida tácitamente por miembros del Ejército indio y se basa en poder realizar una invasión terrestre relámpago en suelo paquistaní que deje sin respuesta al rival.

"Antes de eso, los indios necesitaban como quince días para reunir sus tropas y atacar a Pakistán, con lo que Islamabad tenía tiempo para lanzar misiles de largo y medio alcance sobre las tropas que se agrupaban, pero eso ha cambiado", reconoce Sultán.

"Pakistán ha desarrollado la idea de guerra nuclear limitada, con armas de poca capacidad y corto alcance para disuadir a los indios de cruzar la frontera", añade el experto de defensa y profesor de la Universidad Nacional de Defensa Humayún Khan.

Además de contrarrestar el ''Cold Start'' indio, los analistas ven otras razones para que Pakistán haya bajado el listón de un posible uso de armas no convencionales en su conflicto con la India.

Para María Sultán, la cooperación entre Nueva Delhi y Washington ha sido un elemento clave que ha permitido a la India desarrollar nuevos programas de defensa, en especial un sistema de misiles antibalísticos que limita la amenaza de los misiles paquistaníes.

"Además -recuerda Sultán- la presión que tiene el Ejército de Pakistán en su frontera con Afganistán le obliga a tener casi la mitad de sus fuerzas allí, por lo que no puede aumentar su despliegue en la frontera oriental".

El desarrollo de una idea de ''guerra limitada'' y la bajada del listón de uso de armas nucleares preocupa en la comunidad internacional e incluso en los países implicados.

"Durante la Guerra Fría, la URSS y EEUU calculaban que tenían un margen de entre 15 y 30 minutos para decidir el uso de armas nucleares en caso de conflicto. Entre Pakistán y la India ahora como mucho es de 5 minutos", afirma Humayún Khan.

Otro de los riesgos que añaden las armas tácticas es que obligan a bajar el nivel de decisión en el escalafón de mando castrense, ya que están integradas en batallones móviles y, en caso de conflicto, se reduce el margen de consulta a las más altas instancias del país.

"La única opción para rebajar los riesgos es un acuerdo entre ambos países para detener esta carrera e incluso declarar el sur de Asia como zona libre de armas nucleares", dice Khan, quien insiste que "nunca se debe dejar de negociar, en ningún caso".