El Tribunal Municipal de Moscú dejó ayer en libertad condicional a Yekaterina Samutsévich, una de las tres integrantes del grupo punk Pussy Riot condenadas a dos años de prisión por cantar en el principal templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Mientras, dejó en firme la sentencia de cárcel a las otras dos jóvenes del grupo, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, condenadas por "gamberrismo motivado por odio religioso", delito del que las tres se declaran inocentes, según las agencias rusas.

Samutsévich señaló que "estoy muy contenta y ahora quiero descansar", dijo Samutsévich a la salida del juzgado, donde la esperaban su padre y su hermana, que por lo demás se negó a hablar con los periodistas que la esperaban a la salida.

"El tribunal estima que Samutsévitch puede enmendar su conducta sin ser aislada de la sociedad", dijo a los periodistas la portavoz oficial de la instancia judicial, Anna Usacheva.

La Pussy Riot liberada cambió de abogados defensores el pasado 1 de octubre, durante la primera vista del recurso contra la sentencia, que tuvo que ser aplazada hasta hoy después de que Samutsévich se quedara sin abogados.