Jörg Asmussen, miembro alemán en el directorio del Banco Central Europeo, advirtió ayer de que la petición formal de ayuda de un país al fondo de rescate de la zona del euro no desencadenará de forma automática la compra de deuda por parte del BCE.

En su discurso ante la Conferencia de Estrategia de la asesoría Boston Consulting Group en Kronberg (oeste de Alemania), Asmussen aseguró que el "BCE analizará la compra de bonos soberanos en cada caso" de forma individual.

"La petición ante el fondo (permanente) de rescate MEDE y el compromiso de cumplir los requisitos ligados son los prerrequisitos para que arranque el programa de compra de deuda del BCE. Pero no hay automatismos. La petición al MEDE es la condición necesaria, pero no suficiente", explicó Asmussen.

Asimismo, agregó que el directorio del BCE decidirá en cada caso "de forma independiente" el "volumen" y la duración de la intervención en el mercado secundario basándose en "razones de política monetaria" exclusivamente.

La argumentación de la autoridad monetaria a este respecto es que la crisis de la deuda soberana en la eurozona ha distorsionado el "mecanismo de transmisión de la política monetaria" y que ha fraccionado el mercado financiero común.

"El BCE hace su parte para volver a hacer efectivo el estropeado mecanismo de la política monetaria", indicó, para subrayar a continuación que los gobiernos también deben contribuir con medidas a atajar la crisis de la deuda.

Presupuestos

"Para que Europa siga adelante en términos económicos, los gobiernos deben poner sus presupuestos en orden e implementar las reformas estructurales acordadas", señaló.

Asmussen aseguró también que el programa de compra de deuda soberana del BCE "no tendrá consecuencias inflacionarias", una de las mayores objeciones de los críticos de este plan del presidente de la autoridad monetaria, Mario Draghi.

"Se lo puedo asegurar: la compra de deuda estatal no tendrá consecuencias inflacionarias. La imprenta de dinero no va a ponerse a trabajar", afirmó Asmussen, que negó la posibilidad de una "monetarización de las deudas".

"El dinero que vaya al mercado con la compra (de deuda), será por otro lado retirado. En lenguaje técnico, hablamos de ''esterilización'' de la compra de deuda", apuntó el miembro del directorio del BCE.