Los ministros de Finanzas de la eurozona y el FMI llegaron anoche a un acuerdo sobre la fórmula que les permitirá cubrir las necesidades financieras de Grecia en los próximos años y garantizar la sostenibilidad de la deuda helena.

"Celebro las decisiones tomadas por los ministros de Finanzas, que van a reducir ciertamente la incertidumbre y fortalecerá la confianza en Europa y Grecia", señaló el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, al abandonar el Eurogrupo.

Los ministros de Finanzas de la eurozona reanudaron ayer por la noche el encuentro en el que pretendía acordar los términos del rescate griego para cerrar el agujero fiscal de Atenas y garantizar la sosteniblidad de la deuda, según fuentes diplomáticas de la negociación.

Tras un receso de unas dos horas para hacer cálculos, el Eurogrupo retomó las negociaciones para tratar de acordar un complicado conjunto de medidas a fin de cerrar el agujero fiscal de unos 32.600 millones de euros en las cuentas de Grecia hasta 2016 y rebajar la deuda del país al 120% en, inicialmente, 2020.

Era necesario un acuerdo político entre los diecisiete miembros de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desbloquear un nuevo tramo por valor de 31.500 millones de euros (o 44.000 millones si se juntan otros desembolsos) de la ayuda a Grecia, que el país necesita con urgencia para hacer frente a sus pagos.

El acuerdo que han alcanzado los ministros no será definitivo hasta la reunión del Eurogrupo del 3 y el 4 de diciembre, dado que las decisiones aún tendrán que pasar por algunos parlamentos nacionales, como el alemán.

La eurozona y el FMI deben encontrar 15.000 millones de euros para cerrar el agujero fiscal de Grecia hasta 2014 y otros 17.600 millones de euros de 2015 a 2016, para lo que se baraja una mezcla de medidas.

Entre ellas los ministros estudian algunas como rebajar de nuevo los tipos de interés de los préstamos bilaterales, prolongar los plazos de vencimientos, la recompra de deuda griega y transferir los beneficios que obtuvo el Banco Central Europeo (BCE) y las entidades emisoras nacionales de los bonos griegos comprados.

Rechazo a una quita

Ningún país de la eurozona tenía previsto aceptar una quita sobre la deuda griega en manos de los acreedores públicos, indicó ayer el ministro alemán de Finanzas, que expresó la oposición de Berlín a ese respecto y subrayó que "todos los Estados miembros" coinciden en que no es posible.