Los captores de los 21 observadores filipinos de la ONU retenidos en el sur de Siria anunciaron hoy el fracaso de las negociaciones con el gobierno filipino para poner en libertad a los rehenes.

El grupo denominado Brigada de los Mártires de Yarmuk, que se atribuyó el secuestro, reveló que las negociaciones con Filipinas fracasaron porque las tropas del régimen continúan el asedio y los bombardeos contra la aldea de Yumla, cerca de los Altos del Golán, donde se encuentran los capturados.

Uno de los dirigentes de esa brigada rebelde, identificado como el coronel Abu Mahmud, condicionó, en declaraciones a la cadena catarí Al Yazira, la liberación de los rehenes al cese de esos bombardeos y a la retirada de las fuerzas gubernamentales a un radio de 17 kilómetros alrededor de Yumla.

Asimismo, puso como condición la entrega de los observadores, retenidos desde el miércoles pasado, a una fuerza de la ONU ante la presencia de medios de comunicación internacionales.

"Tememos que el régimen los mate (a los observadores) y nos atribuya la autoría del asesinato a nosotros", precisó Abu Mahmud.

Ayer, los activistas sirios difundieron un vídeo en internet que muestra a seis de los 21 observadores de la ONU y uno de ellos, que se identifica como capitán del batallón filipino de esta fuerza de la ONU, asegura que se encuentran a salvo.

"Los civiles nos ayudaron y ahora estamos a salvo. Nos han distribuido en distintos lugares por nuestra seguridad y nos han dado buen alojamiento, comida y agua", dijo el miembro de la misión de la ONU.

Los observadores filipinos son miembros de la misión de la ONU en los Altos de Golán (UNDOF), que supervisa el cumplimiento del alto el fuego entre Israel y Siria en esa zona, ocupada por el estado hebreo en 1967.

El Consejo de Seguridad de la ONU y el secretario general de este organismo, Ban Ki-moon, han condenado la retención de los observadores y exigido su liberación "inmediata e incondicional".