En medio de una crisis financiera que ha afectado de lleno a la Unión Europea (UE), los laboristas acuden a las elecciones generales de Malta con un joven candidato, Joseph Muscat, con vocación europeísta, pero que rechaza la tasa sobre las transacciones financieras tal como se ha planteado.

Casado y con dos hijas gemelas, Muscat aspira a sus 39 años a la Jefatura del Gobierno de este pequeño Estado insular mediterráneo, miembro de la zona euro, y a dejar atrás casi 15 años de Ejecutivos del conservador Partido Nacionalista, con una propuesta de cambio que se ha convertido en el principal mensaje de campaña.

De clara formación e intereses europeístas, el joven político es líder del Partido Laborista (PL) desde 2008, después precisamente de que su antiguo dirigente, Alfred Sant, perdiera las elecciones y, tras un mandato interino de casi tres meses de Charles Mangion, fuera elegido en un congreso extraordinario para comandar la oposición en un Parlamento de solo dos partidos.

"Nuestro viaje comenzó hace cinco años. Empezó cuando fuimos conscientes de en qué puntos nos habíamos equivocado. Fuimos conscientes de que deberíamos ser un movimiento liberal que trabaje por la introducción de libertades civiles como el divorcio", afirmó Muscat en uno de sus últimos actos de campaña.

"Es posible que las decisiones que tomamos o que tomaremos no serán populares, sin embargo, nos colocarán en el lado correcto de la historia", añadió.

Desde 2008 y hasta la actualidad, Muscat ha promovido importantes cambios en Malta, sobre todo una ley de divorcio votada en referéndum en mayo de 2011 y con la que este pequeño Estado de práctica totalidad de católicos dejó de ser una excepción dentro de la UE.

Además de por decisión popular en referéndum, la ley del divorcio consiguió salir adelante por el apoyo que el Partido Laborista y algunos diputados del Nacionalista dieron a esta propuesta, en una votación en la que el líder de los conservadores y primer ministro, Lawrence Gonzi, dejó libertad de voto, a pesar de su oposición en pleno.

En estos casi cinco años de liderazgo en el Partido Laborista, Muscat ha conseguido además que su formación se impusiera en las elecciones al Parlamento europeo celebradas en junio de 2009 con un 55 % de los votos, frente al 40 % de sus rivales Nacionalistas.

Con estos dos precedentes, Muscat confía en ser el líder del relevo generacional en la Jefatura del Gobierno de Malta, llevado además por unas encuestas que le dan, incluso, más de diez puntos de ventaja en intención de voto sobre Gonzi, quien el próximo julio cumplirá 60 años.

Graduado en Comercio y Gestión de Políticas Públicas y en Política Pública con matrícula de honor por la Universidad de Malta, Muscat cursó además un Máster en Estudios Europeos por la misma institución académica y se doctoró en Investigación en Gestión en la Universidad británica de Bristol.

Miembro del PL desde su juventud, este político, artífice del cambio de postura antieuropea de su formación, trabajó durante varios años en medios de comunicación, primero como reportero para la radio del partido y más tarde en el canal de televisión One TV, llegando a ser el subdirector de informativos en 1996.

En 2004 fue elegido miembro del Parlamento Europeo, donde permanecería hasta que se hizo cargo del liderazgo de su partido y en el que llegó a ser nombrado vicepresidente de la Comisión de Economía y Asuntos Monetarios y miembro sustituto de la Comisión para el Mercado Interior y la Protección de los Consumidores.

Muscat es contrario a una tasa a las transacciones financiera tal y como se ha planteado en Bruselas, pues considera que deja a Europa en desigualdad de condiciones con respecto al resto del mundo, una postura que ha mantenido también el Gobierno saliente y que ha hecho que Malta no esté en el primer grupo de países en aplicarla.

En su programa, el candidato laborista a primer ministro, que apuesta por más becas para la educación y un sistema energético limpio, promete además luchar contra la evasión fiscal y fomentar una mayor participación de las mujeres y los jóvenes en el mercado laboral, que cerró el año pasado con una tasa de desempleo del 6,7 %, la cuarta más baja de la UE.